Sinfonía (Jeon Jung Kook)

XXIV.

Beth;

        —Vaya coincidencias de la vida, hoy estamos vestidos iguales —dijo Jungkook entre risas y, solo en ese momento me percaté que era cierto.

        —Oye, me copiaste —respondí riendo también.

        —Pienso que tú lo hiciste —añadió, y su risa contagiosa resonó en el aire. Eran de esas risas que ni puedes dejar de escuchar.

Mi mente comenzó a correr a mil por hora, divagando sobre todo lo que estaba ocurriendo. Odiaba perder el control de la situación, pero aquí estaba, sintiéndome completamente desorientada.

Caminamos hacia la mesa a donde se dirigía el resto, y nos sentamos frente a frente. La cena trascurrió bien, entre risas y conversaciones, pero no lograba dejar de pensar en lo que habían dicho en el auto sobre Jungkook. Sentirlo tan cerca me ponía nerviosa. Demasiado.

Cuando e espectáculo de fuego de la comida japonesa comenzó, me sobresalté más de que hubiera querido. Estaba tan distraída para seguir el ritmo de la conversación, y todos querías hablar con Jungkook. Nuestra burbuja se había roto. Me limité a sonreír, asentir y comer, pero mi mente no dejaba de analizar cada mirada que compartimos en el estudio. ¿Habían sido intencionales? ¿Su sonrisa y el ronde de nuestras manos significaba algo más?

        —¿Estás bien? —preguntó Jon, notando mi silencio.

        —Sí, todo bien —mentí, devolviéndole una rápida sonrisa.

Jungkook me observó desde su lugar ya que notó el cambio en mi comportamiento, me lanzó una mirada de complicidad, como si supiera exactamente lo que estaba pensando. Ese gesto me hizo sentir aún más consciente de su presencia. Mi corazón se aceleró y me disculpé para ir al baño, tratando de mantener la calma mientras me alejaba.

Una vez dentro, me apoyé en el lavabo y respiré profundamente. Las palpitaciones en mi pecho eran tan fuertes que casi me faltaba el aire. Nunca me había sentido así. Nunca alguien había provocado este descontrol en mí.

        —Relájate, Beth —me susurré a mí misma, intentando tranquilizarme —. Solo es un cantante más, con el cual estás trabajando —respiré profundamente una vez más —, en su álbum en solitario —me lo recordé.

Era una responsabilidad gigante. Debía ser perfecto, debía cumplir con las expectativas y hasta eso hizo que me ponga nerviosa.

Me lavé las manos y sentía que había tarda ya un buen rato. Sin embargo, al salir del baño, ahí estaba él, esperando.

Jung Kook;

Vi a Beth distinta, desconectada de la conversación y solo se limitaba a comer. Algo estaba pasando, Jon le preguntó si estaba bien, pero su respuesta no me convenció. Cuando se levantó para ir al baño, sentí la necesidad de seguirla. Después de varios minutos sin que regresará, me preocupé y decidí esperarla fuera.

Cuando finalmente salió, su rostro cambio por completo al verme.

        —¿Qué haces aquí? —preguntó, claramente desconcertada.

        —Tardaste mucho en regresar, me preocupé —respondí.

        —No debiste venir —dijo, dando un paso adelante como si quisiera que me apartara.

        —Me preocupé por ti —insistí.

La distancia entre nosotros no era tanta, estábamos tan cerca que el suave aroma a vainilla que emanaba de ella me embriagó. Mis ojos se encontraron con los suyos, bajando luego a sus labios, rosados y tentadores. La idea de besarla cruzó por mi mente. Sí, quería besar a Beth.