Fairy Tail: Metal y Hilos

Capítulo 36: Investigando los corrales

Tierra, Ishgar, Reino de Fiore, Pueblo Lupinus9 de mayo, x776

"Bueno, ahora que sé que ustedes dos realmente son magos de Fairy Tail, permítanme presentarme", dijo Reno. "Soy el alcalde de esta ciudad, Reno Fox"

"Soy Alfonzo Marcus", dijo Alfonzo, presentándose de manera simple.

"Un placer conocerte", dijo Elicia con energía. "Soy Elicia Taylor"

"Un placer", dijo Reno asintiendo.

"Ahora que las presentaciones están fuera del camino, ¿qué nos puede decir sobre los incidentes?", preguntó Alfonzo después de controlar sus emociones. "Por ejemplo, ¿dónde están los corrales de ganado que han sido atacados? ¿Cuántos de cada tipo de ganado desaparecen cada vez, etc."

Sentado frente a Reno, Alfonzo comenzó a hacer las preguntas que sentía que eran necesarias para su investigación. Además de eso, podía decir que Reno había notado su descontento por la supuesta subestimación. Entonces, trató de hacer avanzar la conversación lo más rápido posible.

"Todos los corrales que han sido atacados están en el lado norte de la ciudad, los más cercanos a las ruinas del castillo han sido atacados con más frecuencia", respondió Reno, ignorando la expresión de descontento que tenía Alfonzo hace unos momentos. "En cuanto a los números... Si no me equivoco, no más de uno de los animales ha sido asesinado y arrastrado cada vez que los corrales fueron atacados"

Al escuchar la respuesta de Reno, Alfonzo se quedó pensando. Mientras tanto, Elicia hizo una pregunta propia.

"En la hoja de misiones, solo mencionaste que había un aullido que se podía escuchar desde las ruinas del castillo", dijo Elicia, señalando la sección de notas de la hoja de misiones que ahora estaba sobre la mesa de café. "¿Puedes decirnos cómo sonaba el aullido?"

"Ah... Lo siento por eso", respondió Reno. "Eso fue un descuido de mi parte. Por lo que la gente del pueblo ha dicho, el aullido sonaba como el de un lobo"

—Un lobo, ¿eh? —dijo Elicia con curiosidad—. ¿Hay algo más que puedas contarnos sobre los aullidos?

—¿Por ejemplo? —preguntó Reno.

—¿Frecuencia? ¿Hora del día? Cosas así —respondió Elicia.

Levantándose del sofá, Reno se acercó a la estantería que había detrás del sofá en el que estaba sentado. Después de hurgar en los documentos durante unos segundos, sacó uno del estante y volvió a su asiento.

—Veamos, según los informes, los aullidos se pueden escuchar todas las noches —dijo Reno mientras leía el documento que tenía en las manos—. A veces, incluso se pueden escuchar durante el día.

Alfonzo finalmente salió de su contemplación y miró a Reno.

—¿Y nadie ha visto ninguno de los ataques a los corrales? —preguntó Alfonzo.

—No —respondió Reno mientras sacudía la cabeza mientras colocaba el documento en la mesa de café—. Siempre ocurren tarde en la noche, cuando las personas que cuidan los corrales se han ido a dormir.