Fairy Tail: Metal y Hilos

Capítulo 85: Evaluaciones en dos frentes

Tierra, Ishgar, Reino de Fiore, Magnolia

Enero, x781

Alrededor de una hora y media después de que Sun llegara al salón del gremio de Fairy Tail con Elicia y Cana, ella, junto con unos cuantos miembros del gremio estaban de pie en el campo de entrenamiento detrás del edificio del gremio. Mientras que la mayoría de ellos estaban allí para ver qué tan fuerte era el nuevo miembro, Makarov estaba contemplando a quién debería poner a prueba la destreza de Sun.

"Cana, hazlo tú", dijo Makarov después de pensar durante unos minutos.

"Lo que tú digas, abuelo", respondió Cana encogiéndose de hombros antes de alejarse del grupo de espectadores y pararse frente a Sun. "Espero que estés listo, Sun"

"Tan listo como yo lo estaré", respondió Sun con una sonrisa.

"¡Sun! ¡Atrápame!", gritó Gozaburo en ese momento.

Mirando en dirección a su padre, Sun vio una Katana envainada volando por el aire. Mientras Gozaburo estaba de pie con los brazos cruzados y una sonrisa orgullosa en su rostro, Masa estaba en la posición de haber lanzado algo.

Un momento después, Sun agarró la Katana del aire. Aunque la hoja era de bastante alta calidad, el mango y la funda eran bastante simples. Además de eso, no había guardamanos. De hecho, parecía que Sun solo había atrapado una vara de madera para cualquiera que no supiera lo que había dentro.

"Gracias papá, Masa", dijo Sun con una sonrisa. Luego, miró hacia Cana. "Ahora, puedo mostrarte todo, ya ves"

"Bien", dijo Cana con una sonrisa. "Entonces no seré fácil contigo"

"¡Muy bien, puedes comenzar!", anunció Makarov en voz alta.

Tan pronto como Makarov señaló el comienzo de la evaluación, Cana metió las manos en las dos bolsas de cartas en sus caderas. Luego, movió las manos a gran velocidad hacia Sun, arrojándole varias cartas.

"[Magia de cartas: Lanzamiento aleatorio]" Cana cantó mientras las cartas se acercaban a Sun desde varias direcciones.

Con cartas volando hacia ella desde el frente y arqueándose hacia ella desde los lados, Sun respiró profundamente. Luego, una vez que las cartas estaban a su alcance, desenvainó la katana en sus manos, balanceándola a gran velocidad.

¡Aferrarse! ¡Aferrarse! ¡Clang! ¡Aferrarse!

Un momento después, sin perder un solo cabello, todas las cartas se partieron en dos, revoloteando hacia el suelo sin hacer daño.

Al ver esa exhibición, los ojos de Erza se iluminaron desde la multitud.

"No soy lo suficientemente buena para cruzar espadas con Erza, mi trasero", dijo Cana con un puchero.