Capítulo 49: La amenaza velada de Alfonzo

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Tierra Tierra, Ishgar, Reino de Fiore, Magnolia


Diciembre, x777


Han pasado alrededor de dos horas desde que Alfonzo y Elicia se fueron a hacer la compra. Durante su viaje, se detuvieron en algunos lugares. Primero fue la carnicería. Y descubrieron que hoy tuvieron bastante suerte. En exhibición, encontraron varios filetes de costilla que provenían de una variante mágica de toro que estaba alineada con el elemento fuego. Con su alineación de fuego, tenía un sabor ahumado natural que no se considera demasiado abrumador.


La siguiente parada fue el mercado de verduras donde Alfonzo escogió los mejores ejemplares para una ensalada y algunas patatas. Luego, el dúo recogió algo de fruta y los ingredientes para hacer un pastel, específicamente un pastel de terciopelo rojo. Después de eso, compraron algunas necesidades que necesitarían para vivir cómodamente en su nuevo hogar.


Y ahora, Alfonzo y Elicia estaban de vuelta en la casa. Mientras Alfonzo cocinaba, Elicia fue a su puesto de trabajo y comenzó a esbozar las ideas que tenía para algunas prendas nuevas.


Así, el tiempo pasó pacíficamente, hasta que sonó una campana en toda la mansión.


"¡Oye, Lici!", gritó Alfonzo desde la cocina, poniendo un poco de poder mágico en su grito para asegurarse de que llegara al dormitorio. "Tengo las manos ocupadas ahora mismo; ¿puedes ver quién está en la puerta?"


"¡Está bien!", gritó Elicia en respuesta antes de dejar su lápiz y ponerse de pie.


Después de un rápido estiramiento, Elicia se alejó de su estación de trabajo y se dirigió hacia la puerta principal.


"Tía Ur, Ultear, Gray, ¿eres tú?", preguntó Elicia con una sonrisa.


"¿A quién llamas tía, niñita?", preguntó Ur enojada.


"Sí, eres tú", dijo Elicia con una sonrisa descarada.


Entonces, Elicia colocó su palma sobre una protuberancia hemisférica, muy parecida a la del dormitorio principal y empujó un poco de su poder mágico hacia ella. Un momento después, la puerta principal se abrió, revelando a las tres personas que esperaba ver. Sin embargo, para su sorpresa, los acompañó un cuarto visitante inesperado, pero muy bienvenido.


"¡Cana!", gritó Elicia con sorpresa y felicidad a partes iguales. "¿También estás aquí? ¿Pero cómo? ¿No aceptaste una misión?"


Mientras hacía sus preguntas, Elicia corrió hacia adelante y abrazó a Cana con fuerza con una sonrisa en su rostro. Naturalmente, Cana le devolvió el abrazo, sonriendo también.


"Sí", respondió Cana asintiendo. "Pero me dijiste que te mudarías hoy. Entonces, me apresuré a completar la misión y regresé rápidamente"


Al escuchar eso, Elicia arqueó una ceja.


Fairy Tail: Metal y HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora