Mi leona

70 17 7
                                    

Ya habían pasado varias semanas desde que "él" llegó a sus vidas, y aun así nadie podía acostumbrarse a su presencia... ni a su extraña apariencia.

Resulta que, apenas comenzar la construcción de la máquina del tiempo, un Senku mucho más viejo se apareció para proponerles formar parte de una especie de red unificada de distintos universos que compartían información, tecnología y recursos entre sí... y eso era tan complicado que a todos les dolía la cabeza de solo pensarlo y la mayoría de los aldeanos aún ni siquiera lo entendían.

Senku y el resto de los científicos, sin embargo, estuvieron tan emocionados que por meses solo se dedicaron enteramente a trabajar con ese Senku viejo y sus aliados, mejorando su tecnología y comenzando a mejorar las vidas de todos, pero resulta que la ayuda que les dieron no fue del todo "gratis".

Un día, Senku viejo se apareció jalando de la oreja a otro Senku, pero... era un Senku muy, muy extraño.

Tenía el cabello completamente negro, con las puntas levemente grisáceas, los ojos de un rojo mucho más oscuro y profundo, y la piel muy pálida, aparte de que tenía aretes en las orejas, tatuajes y una chaqueta de cuero negro por encima de su ropa similar a la que Senku siempre usaba, pero mucho más oscura.

—Necesito que lo acepten en esta realidad mientras arreglamos el desastre que hizo en la suya —dijo el Senku viejo, frotando su barba con fastidio—. Aquí la tecnología no está tan avanzada aún como para que escape, así que solo... contrólenlo. Lo tomaré como un favor y si lo hacen bien seguiremos colaborando —afirmó con su voz rasposa por la edad, mirando a su versión joven, que bufó, pero no tuvo más remedio que acceder.

Así que ahora vivían con este... Senku oscuro. Y vaya que era difícil soportarlo.

Era tan brillante como uno esperaría que cualquier Senku fuera, pero también era haragán, egoísta, mentiroso, embustero, molesto y... machista, muy machista.

—Volví a rasgar mi chaqueta. Arréglala. —Un día llegó con Yuzuriha y le arrojó su chaqueta a la cara, yéndose sin más.

—¿Y se supone que tú eres una científica? Pareces más bien una niña de secundaria. —Se rio en la cara de Suika cuando la vio trabajando con los otros científicos.

—¿La número uno en los noticieros? No me sorprende, poco talento, pero grandes pechos. —Miró descaradamente al escote de Minami cuando ella trató de dar una nota sobre él y le quitó el micrófono y lo arrojó al piso cuando ella trató de golpearlo con él.

—¿Una mujer con músculos? Más bien un hombre con trenzas —se burló de Nikki al verla ayudando a construir maquinaria.

—Sirve de algo y tráeme una soda. —Intentó usar a Mirai de sirvienta, pero no volvió a acercarse a ella cuando Tsukasa lo levantó en el aire sujetándolo del cuello.

—Así que Ruri, ¿eh? Me contaron tu historia aquí, ¿qué se siente no haber servido para nada y haber podido ser fácilmente reemplazada por un libro de las Cien Historias? —Chrome, que normalmente no era agresivo, tuvo que ser detenido por los otros cuatro generales para no matarlo.

Senku estaba harto de recibir quejas de su "versión oscura", y sobre todo quejas femeninas, y también le daba asco porque muchas mujeres pasaron a mirarlo a él ¡A ÉL! con desconfianza por lo que hacía su versión alterna.

Ya llevaban semanas teniendo que aguantarlo y se sentía al borde de la desesperación, intentaba comunicarse con su versión anciana para pedirle que se lo llevara lejos de su maldita realidad, pero solo le decían que debían seguir dándole asilo hasta que le dijeran, como favor por toda la información y tecnología que le compartieron.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 7 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

One-shots SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora