Sensaciones Compartidas

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Tres meses de casados y Senku y Kohaku tuvieron que cancelar su ya varias veces atrasada luna de miel debido a que Kohaku se desmayó en mitad de su entrenamiento en la jefatura, la llevaron al hospital y al poco tiempo le dijeron a ella y a su marido que estaban esperando un bebé.

—¡¿QUÉ?! —gritaron al mismo tiempo, ella con emoción y él con espanto.

Hicieron el primer ultrasonido allí mismo, dándoles la noticia de que el bebé tenía aproximadamente nueve semanas y que todo parecía marchar bien. Kohaku se sintió más emocionada de ver a su bebé en la pantalla, pero Senku pareció más preocupado y nervioso.

—Bueno, a pesar de no tener luna de miel pasamos toda la primera semana de casados haciendo el amor más de lo que dormíamos, así que no me sorprende demasiado —comentó Kohaku con una sonrisa resignada una vez llegaron a su casa y Senku empezó a dar vueltas por toda la sala.

—¿Crees que no lo sé? Casi me matas esa semana. —La miró con cansancio—. De todos modos, ahora no podremos hacer ese viaje que habíamos planeado.

—¡Ja! ¿Y por qué no? Estoy embarazada, no invalida.

—Kohaku, acabas de desmayarte en el trabajo, te sobre-esforzaste demasiado, la doctora dijo que te tomes las cosas con calma por lo menos unos días. Además, tienes que estar bien hidratada y bien alimentada, todavía tenemos que conseguir un obstetra de confianza. ¿Quién atendió a tu hermana durante su embarazo? Mierda, y debemos darles la noticia a nuestras familias. Mi viejo hará un escándalo. Al menos tu padre no podrá golpearme porque ya estamos casados, no como la otra vez que creíste estar embarazada porque se rompió el condón y casi me mata. Y hablando de estar casados, la maldita boda y la nueva casa se llevó una buena parte de nuestros ahorros. Apenas empecé a ganar bien con mi nuevo puesto en el laboratorio y tu sueldo de policía tampoco es una maravilla, tendremos que reducir gastos. ¿Qué tan caro es tener mocosos? Necesito investigar y luego llegar a...

—Senku. —Kohaku se puso frente a él rápidamente y tomó los lados de su rostro, apretando sus mejillas—. Tranquilízate. Estaremos bien, ambos vamos a avanzar en nuestros trabajos como ya teníamos planeado y nuestras familias nos apoyaran. Todo estará bien. —Sonrió con optimismo.

Senku gruñó descontento y Kohaku lo miró preocupada, haciéndolo suspirar y forzarse a sonreír para ella.

—Claro. Todo estará bien.

Ella lo miró encantada, antes de lanzarse a besarlo con fiereza que acabó en ambos haciendo el amor en el sofá de la sala.

El fin de semana, hicieron una reunión con sus familias para darles la noticia, y las reacciones fueron las esperadas. Byakuya enloquecido como niño de cinco años con un juguete nuevo, Kokuyo con ganas de golpear a Senku, pero conteniéndose. Lillian y Ruri emocionadas abordando a Kohaku con mil preguntas, y todos los demás sorprendidos y felices con la noticia.

Fue más molesto darles la noticia a sus amigos, la verdad. Ryusui y Gen no perdieron el tiempo en empezar a codear a Senku haciendo comentarios con doble sentido.

Al menos Ryusui les ofreció un par de millones de yenes como regalo de felicitaciones. Ahora bien, Senku normalmente no lo habría aceptado porque sabía que luego Ryusui lo usaría como excusa para obligarlo a hacer algo que no quería, pero ahora lo tomó sin pensarlo dos veces. Esto lo ayudaría a pagar sus deudas que habían sido descuidadas por terminar de pagar la casa nueva. Kohaku lo miró con reproche, pero por suerte no protestó.

—Dejaré de lado mi laboratorio personal en casa por al menos un año o dos —le dijo a Kohaku un mes después mientras estaban sentados en la sala sacando cuentas.

—¿Qué? Pero Senku, amas ese laboratorio. —Kohaku lo miró confundida al mismo tiempo que se llenaba la boca de fresas y aceitunas—. Fue lo primero que preparaste al mudarnos, la razón por la que nos mudamos aquí fue porque dijiste que esa habitación era perfecta para tu laboratorio.

One-shots SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora