Tiempo en Familia

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Senku supo que algo andaba mal desde el momento en el que se despertó tranquilamente sin que su hija pequeña llegara a jalarle las mejillas para que fuera a desayunar abajo.

Y supo que algo increíblemente raro estaba sucediendo cuando su esposa le trajo el desayuno a la cama en vez de ignorarlo para llamar a su hermana como siempre que no quería sexo mañanero.

Pero lo peor y más extraño vino cuando bajó y encontró a su hija mayor desayunando, y ella le sonrió y lo abrazó.

—Buenos días, papá —dijo alegremente.

Él la miró horrorizado.

—¿Volviste a estallar mi laboratorio, Tsukiku?

—No. —Lo miró extrañada—. ¿Te sientes bien? Pareces exaltado, ¿quieres un vaso de agua?

—Estoy bien. —Entrecerró los ojos—. ¿Segura que no hiciste nada?

—Ayude a mamá a prepararte el desayuno, ¿eso cuenta?

—¡Yo también ayude! —Su hija pequeña, Shizuku, se abrazó a sus piernas.

—Sí, sí, la pulga también ayudó.

—Gracias, leonita, pero suéltame, ya estoy viejo para caminar contigo enganchada a mi pierna. —Palmeó la cabeza de su pequeña de siete años.

—No creo que estés viejo, papi. Pero está bien. —Lo soltó sonriendo, a lo que él le revolvió el cabello y volvió su mirada a su hija adolescente, viendo con sorpresa que seguía allí, prestándoles atención.

—¿Tú te sientes bien, mini-leona? —Normalmente a estas alturas ya estaría largándose con su auto recién comprado a ver a sus amigos o a trabajar en el laboratorio.

Ella asintió alegremente y Senku rápidamente corrió a ver el calendario en la sala.

No, no era su cumpleaños ni el día del padre ni había hecho nada por el bien de la humanidad últimamente. ¿Qué estaba sucediendo allí?

—¿Senku? —Kohaku se le acercó con confusión—. ¿Pasa algo?

—¿Olvidé algún aniversario de algo importante? —Volteó a verla muy serio—. Algo raro sucede. Tú y la mocosa están siendo demasiado amables conmigo, y Shizuku es incluso más adorable que de costumbre. ¿Qué está pasando aquí?

—Ja, no sé de qué hablas, no es ningún día especial. —Lo miró con una sonrisa divertida—. Aunque si planeamos hacer un almuerzo especial con nuestros amigos simplemente para reunirnos, así que nadie irá a trabajar hoy.

—¿Pudiste decírmelo antes, no crees? —La miró con sospecha.

—Lo olvidé, sabes que ayer me distrajiste mucho. —Se acercó a él moviendo las caderas de una forma que lo hizo olvidar qué lo estaba preocupando o siquiera dónde estaba parado.

Justo cuando se acercó a él lo suficiente para pegar sus cuerpos y pasar sus labios por su cuello, Shizuku asomó la cabeza desde el pasillo.

—¿Papi? ¿Mami?

Los dos se tensaron y voltearon a verla con nerviosismo, pero entonces Tsukiku apareció, tomó la mano de su hermanita y la alejó de allí.

One-shots SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora