Yo lo sé

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Una pequeña niña caminaba alegremente por las calles del reconstruido mundo de piedra, tarareando por lo bajo mientras volvía de la escuela.

Su casa estaba a solo dos calles, y ahora que tenía nueve años ya la dejaban regresar sola, sin embargo, decidió desviar un poco su camino y caminar dos calles extra para poder pasear por la playa.

Al caminar viendo al océano, sus ojos de repente captaron a una anciana sentada en una banca bajo la sombra de un árbol, mirando al cielo.

Ladeó la cabeza.

Ella se le hacía familiar.

Se acercó, reconociéndola y sonriendo inmensamente al ver que era una querida amiga de su madre, como una tía o hasta una segunda madre para ella. ¡Así que era como su abuela!

—Oh, Tsuki-chan. —Ella también la reconoció y le sonrió de forma muy dulce—. Qué sorpresa verte aquí, pequeña.

—¡Ha pasado tiempo, abuela! —Se sentó a su lado en la banca—. ¿Qué haces aquí? —Miró al mar—. ¿Esperas la puesta de sol? ¿O te gusta mucho ver al mar?

—En realidad… —Sonrió misteriosamente—. Estoy esperando a alguien.

—¿A quién? ¿Tu esposo?

La abuela rió encantadoramente.

—Oh, no, de hecho no. Es un amigo muy querido, aunque… ¿Podrías guardar un secreto, Tsuki-chan? —Se inclinó con un guiño picaron.

Ella rió y asintió.

—Sí, pero si mi mamá y mi papá preguntan no podré mentir. —La miró apenada.

—Oh, eso está bien. Puedes decirle a tus padres. —Asintió—. La verdad es que esperó al hombre que amo… —le susurró.

Ella ladeó la cabeza.

—¿Pero no es tu esposo?

—No, es solo un amigo, por desgracia. —Suspiró exageradamente—. Nunca le dije lo que sentía, ¡pero se lo diré cuando vuelva! —Rió de forma bastante enérgica para ser una abuelita—. Por eso lo esperó, él vendrá aquí desde esa isla. —Señaló al mar.

La niña entrecerró los ojos, pero sí que pudo ver una pequeña isla muy a lo lejos de aquella costa.

—Wow… ¿Y vendrá ahora mismo?

—No, ese hombre siempre hace lo que quiere, es incorregible. —Bufó, haciendo reír a la pequeña—. Aún así lo espero, tiene mucha suerte de que lo ame tanto.

Ella rió, sintiendo que la abuela le recordaba mucho a su madre.

—¿Y él sabe que lo esperas, abuela?

—Claro que sí, él me lo pidió. Y será mejor que venga aquí pronto o me voy a enfadar mucho cuando finalmente se digne a mostrar su cara. —Cruzó los brazos, alzando la barbilla orgullosamente.

—¡Estoy segura de que vendrá pronto!

—Gracias, cielo. —Le acarició el cabello tiernamente—. Deberías volver con tus padres, se preocuparan por ti.

One-shots SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora