Cap 13: La advertencia.

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Jade se quedó en el mismo lugar, observando la puerta cerrarse. Aunque entendía que su mundo estaba lleno de misterios y responsabilidades que ella no alcanzaba a comprender, el dolor de verlo marcharse de esa manera la dejó desolada. Había revelado algo tan profundo y vulnerable, y justo cuando creía que las barreras entre ellos empezaban a caer, Hael se había ido de nuevo, llevándose sus secretos con él.

Tras la partida de Hael, Jade se sintió atrapada en una soledad más densa que nunca. Sabía que la vida de él estaba llena de secretos, pero la frialdad y rapidez con las que se había marchado la dejaron con una sensación de vacío. La angustia y la rabia se mezclaban en su pecho, pero también había una creciente determinación de no seguir siendo solo una espectadora en los eventos que parecían gobernar su vida.

Pasaron los días, y aunque trató de enfocarse en cuidar de su madre y en retomar su rutina, la ausencia de Hael la perseguía. Cada vez que su teléfono vibraba, su corazón se aceleraba, esperando alguna noticia, una explicación, pero no había ningún mensaje, ninguna llamada. Aquella espera incierta la consumía poco a poco.

Finalmente, una noche en la que el silencio se hacía insoportable, Jade se encontró caminando por las calles de la ciudad, buscando respuestas, aunque ni siquiera sabía por dónde empezar. Terminó en un pequeño café, sentada frente a una taza de café que se enfriaba mientras miraba distraída a través del ventanal.

De repente, sintió una presencia a su lado. Levantó la vista y se encontró con Luca, el socio de Hael. Él la miraba con una mezcla de preocupación y curiosidad, como si pudiera leer la tormenta de emociones en su rostro. Sin siquiera preguntarle, se sentó frente a ella.

"Llevo días viéndote dar vueltas en este mismo círculo," dijo Luca, su tono serio pero con un deje de comprensión. "Sé que tienes preguntas, Jade. Preguntas que Hael no te responderá, pero yo… puedo darte algunas respuestas, si estás lista."

Jade lo miró, dudando por un momento. Sabía que Luca era alguien de confianza para Hael, pero también sabía que no le debía nada a ella. Aun así, la necesidad de entender lo que estaba ocurriendo, de comprender la vida en la que se había involucrado, era más fuerte que su miedo. Asintió lentamente, dejando claro que quería saber la verdad.

Luca suspiró, mirando alrededor para asegurarse de que nadie los escuchara, y comenzó a hablar, desentrañando la complicada red de alianzas, traiciones y conflictos en los que Hael estaba inmerso. Le explicó que la llamada que había recibido probablemente tenía que ver con un conflicto entre familias rivales, un problema que llevaba tiempo gestándose y que ahora parecía haberse vuelto inevitable.

"Hael ha estado protegiéndote de su mundo, pero creo que deberías saber que todo esto no va a desaparecer solo porque él quiera mantenerte al margen," dijo Luca con firmeza. "Este es su mundo, Jade, y, aunque él quiera apartarte de él, el peligro está presente en todos lados."

La confesión de Luca golpeó a Jade con fuerza. Finalmente entendió que, mientras Hael estuviera en su vida, no podría evitar las sombras que lo rodeaban. Pero, a pesar del miedo, una decisión comenzó a formarse en su
Interior.



Después de la conversación con Luca, Jade intentó mantener la calma y retomar algo de normalidad en su vida. Decidió pasar una tarde en el parque con su hermano pequeño, esperando que el aire fresco y la risa de él le trajeran algo de paz. El niño correteaba entre los árboles y se reía, persiguiendo las hojas que caían con el viento, y por un instante, Jade sintió que podía alejarse de las sombras que rodeaban su vida.

Mientras observaba a su hermano jugar, una presencia familiar interrumpió su tranquilidad. Levantó la vista y, a unos metros de distancia, vio a Killian, un hombre de semblante serio y porte imponente. Killian no era solo un conocido en el círculo de Hael; era uno de sus aliados más cercanos y también uno de los hombres más peligrosos que había conocido. Tenía una expresión inescrutable, y cuando sus ojos se encontraron, él sonrió ligeramente, pero la frialdad en su mirada decía mucho más.

"Jade," dijo al acercarse, su tono calmado, pero con una intensidad que la hizo tensarse. "No esperaba encontrarte aquí."

Ella tragó saliva, intentando aparentar tranquilidad, aunque su corazón latía con fuerza. "Solo estoy pasando tiempo con mi hermano," respondió, lanzando una mirada rápida al niño, que seguía jugando, ajeno a la situación.

Killian la miró con un interés que iba más allá de una conversación casual. "Es bueno ver que sigues cuidando de los tuyos," dijo, con un tono que parecía tener una segunda intención. "Hael me mencionó que no estaba seguro de cuándo podría verte otra vez."

La mención de Hael hizo que el pecho de Jade se tensara. No sabía si Killian le había mencionado a propósito o si simplemente estaba aludiendo a su ausencia, pero cada palabra parecía estar cargada de un significado oculto.

"¿Sabes algo de él?" preguntó finalmente Jade, sin poder contenerse.

Killian inclinó ligeramente la cabeza, evaluando su expresión antes de responder. "Hael está ocupado con… asuntos importantes. Pero si estuviera aquí, te diría que tengas cuidado y te mantengas lejos de lugares peligrosos."

"¿Eso es una advertencia?" preguntó ella, tratando de mantener su voz firme.

Killian sonrió apenas, un gesto que no alcanzó a sus ojos. "Digamos que es un consejo amistoso." Después de una pausa, su mirada se volvió hacia el niño, que ahora estaba acercándose a Jade. "Es un mundo peligroso, Jade, y no todos tienen la fortuna de salir ilesos."

Con un leve gesto de cabeza, Killian se despidió y se alejó, dejando a Jade con un nudo en el estómago y una sensación de intranquilidad. Sabía que nada de lo que Killian decía era casual, y ese "consejo" había sido, en realidad, una advertencia. La seguridad de su hermano, de su familia, y de ella misma ahora parecían más frágiles que nunca.

 









El Contrato del Diablo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora