"Han pasado varios días desde lo de Emily, y Hael ha estado inquieto. No sé cómo sacarlo de sus pensamientos, hasta que, de repente, empezó a llover y se me ocurrió algo alocado."
"Sin pensarlo dos veces, lo tomé de la mano y lo arrastré fuera, bajo la lluvia. Al principio, Hael se resistió, mirándome como si estuviera loca, pero luego comenzó a sonreír. La lluvia caía con fuerza, empapándonos en segundos, pero era justo lo que necesitábamos.
Comenzamos a correr por el campo, saltando en los charcos como niños. Entre risas y gritos, noté cómo su tensión se desvanecía. Por un momento, el peso de sus pensamientos desapareció, y pude ver al Hael de antes, libre y feliz.
Finalmente, nos detuvimos, jadeando y riendo bajo la lluvia. Hael me miró, con los ojos llenos de agradecimiento y algo más. Ese momento, tan simple y espontáneo, logró lo que ninguna palabra pudo hacer: darle un respiro a su alma."
"Cuando nos calmamos un poco, nos quedamos en silencio, solo escuchando el sonido de la lluvia cayendo alrededor. Hael tomó una bocanada de aire, como si esa simple acción pudiera purificarlo, y luego se acercó un paso más hacia mí.
—Gracias —murmuró, y su voz tenía un tono de vulnerabilidad que rara vez dejaba ver.
—No hay de qué —le respondí, intentando que mi voz no temblara. Me di cuenta de que nuestras manos seguían entrelazadas, cálidas a pesar del frío de la lluvia.
Sin embargo, antes de que pudiera decir algo más, un trueno resonó a lo lejos y el cielo se iluminó con un rayo. Hael dio un paso hacia atrás, mirando hacia el horizonte, y su expresión cambió.
—Debemos irnos —dijo de repente, como si hubiera recordado algo importante. Su mirada, que había sido tan cálida un momento antes, se tornó distante y preocupada.
—¿Hael? —pregunté, confusa, mientras él retrocedía lentamente.
No me respondió, y un frío inexplicable me recorrió la espalda. En cuestión de segundos, esa chispa de conexión se había desvanecido, y Hael parecía otra vez perdido en pensamientos que yo no podía alcanzar. Sin decir una palabra más, comenzó a alejarse, caminando en dirección opuesta bajo la lluvia, dejándome con preguntas que no sabía si alguna vez podría responder."
"Entré detrás de él, todavía algo desconcertada. Hael apenas me miró; estaba empapado y en silencio, como si todo lo vivido bajo la lluvia lo hubiese dejado agotado. Sin decir una palabra, se quitó la chaqueta, que cayó al suelo, y luego el resto de la ropa. Se dirigió al baño sin mirarme, dejando un rastro de gotas en el suelo, y cerró la puerta tras de sí.
Me quedé allí, en medio de la sala, aún con la adrenalina del momento. Los sonidos del agua llenaron el espacio, y por alguna razón, sentí el impulso de acercarme, de preguntar si estaba bien, pero algo en su silencio me decía que necesitaba estar solo.
Después de un rato, el agua se detuvo y escuché cómo tomaba una toalla. Cuando salió, envuelto en vapor, su rostro mostraba una calma que no había visto en días. Se acercó a mí y, sin decir nada, me miró a los ojos como si tratara de encontrar alguna respuesta en mi mirada.
Finalmente, murmuró con voz suave:
—Gracias por estar aquí.
Le sonreí, entendiendo que, a veces, no era necesario decir más. Nos quedamos allí, en un silencio que ya no se sentía incómodo, sino como un pequeño refugio en medio de su tormenta interior."
"Después de ese instante de conexión silenciosa, Hael se retiró al sofá y se dejó caer en él, todavía con la toalla envuelta a la cintura. Parecía exhausto, como si el peso de sus pensamientos lo hubiera dejado sin fuerzas. Me acerqué despacio y me senté a su lado.
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El Contrato del Diablo.
RomanceEn las sombras de una ciudad opulenta y decadente, donde el pecado se viste de seda y el lujo esconde secretos inconfesables, se teje una historia de poder, obsesión y un pacto sellado con el mismísimo diablo. Jade, una mujer atormentada por un pas...