El rarito

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Definitivamente las matemáticas no son lo mío. De hecho no soy buena en nada que involucre inteligencia o lógica, pero en las artes y los deportes, soy un genio. La clase se me hacía eterna... Al salir corriendo cuando sonó el timbre me tropecé con alguien.

Un chico. Y se veía muy molesto.

- eres ciega o tienes problemas?!

Era de último año.  

-lo...lo siento-dije un poco nerviosa sin saber por qué 

-ah lo sientes? voy a hacer que lo sientas-dijo levantando la mano. Me quede en shock, ¡me iba a golpear! y no había nadie alrededor que pudiera ayudarme. Cerré mis ojos y cuando no sentí nada, volví a abrirlos.

Enfrente de mi se encontraba la espalda de alguien que agarraba con fuerza la muñeca del chico que iba a golpearme.  

-vete-dijo seriamente la persona que se encontraba de espaldas  

Sin pensarlo dos veces el de último año salió corriendo, sorprendiéndome.  

La persona se volteó 

Era él 

Era polo.

-estas bien?- preguntó mirando hacia abajo  

-s...si- dije  

-bien-dijo él como asegurándose y se fue.

En las clases siguientes el recuerdo de su rostro me impedía prestar atención.Quería verlo de nuevo.

Mi deseo se cumplió en la clase después del almuerzo. En la clase después del almuerzo, me senté a su lado y le sonreí. Pensé que me ignoraría toda la clase pero sorprendentemente me habló.

-estas bien? 

-si, gracias 

-por qué?-preguntó levantando un poco la mirada de la mesa  

-por defenderme... ese chico me iba a golpear  

Al decirlo vi como se tensó.  

-polo-dije dulcemente llamando su atención y se relajaron un poco sus facciones.  

-eres muy blanco-le dije y al instante él sonrió de medio lado. Su sonrisa hizo que mi corazón se acelerara.  

-lo se-me dijo  

-por qué siempre ves al piso? te incomoda ver a las personas a la cara?-le pregunte curiosa. Polo lentamente se irguió y volteó a verme a la cara. Sus ojos, al igual que el otro día, me dejaron hipnotizada. No existía nadie más, solo Polo.  

-es algo... complicado-dijo mirando a otro lado rompiendo la ilusión.  

-me gustan mucho tus ojos-admití  

Polo se quedó en silencio. Estaba siendo rarita al decirle eso? no, bueno, no tanto.  

-me gustan mucho los tuyos-dijo él en un susurro aunque alcance a oirlo  

Me sonrojé. Por suerte él no me veía, su mirada seguía en la mesa.  

-son solo cafés 

-me gusta el café-dijo y sonreí. El timbre sonó y me encontré con mis amigas en la entrada.  

-oye que hacías hablando con el chico rarito?-preguntó Ashley  

-él es súper extraño-dijo Lauren  

-qué te dijo? será que le gustas al rarito?-preguntó Allison y las tres rieron. Trate de encontrarle la gracia pero no podía, ellas se reían de lo que yo más quería.


Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora