Hijo de la luna

Epílogo

GRACIAS. De verdad, nunca me cansaré de dar gracias a todas las personas que leen, votan o comentan. Espero que les guste.

Pregunta: estaba pensando en cambiar la portada(a la imagen que puse en este capítulo) pero no estoy segura, ¿ustedes qué opinan?.

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Las hojas del Yggdrasil caían a nuestros pies, la luz de la luna iluminando de manera absoluta el bosque. El mundo de los sueños nunca se había sentido tan real.

Acomode uno de los guantes que tenía puesto por el frío, me movía incómoda entre la multitud, muchos rostros (algunos para nada humanos) me dedicaban inquietantes miradas de curiosidad. Deseaba profundamente pasar desapercibida y poder irme pronto a mi casa, necesitaba apartarme cinco segundos de todo esto, simplemente no podía aguantarlo más.

"Dónde estás " preguntó Polo a través de nuestro vínculo un poco desesperado.

"No tengo ni idea, todo aquí luce igual. Cerca creo que están los tronos de las nornas" le comuniqué.

Separarnos había sido una terrible idea pero sé que Arthur necesitaba ayuda con todo esto del funeral.

Arthur...

La razón por la cual no quise acompañar a Polo a verlo fue porque no creía tener la suficiente fuerza como para enfrentar su mirada de pérdida, de dolor, de tristeza incalculable. Arthur era más que mi guardián, era mi amigo, y él acababa de perder a lo más importante en su vida. Y no era el único lidiando con esa pérdida.

-cambiaste el rumbo de la historia-anunció una voz tras de mí, al voltear me encontré con el hermoso rostro de la norna Skul, carente de cualquier tipo de emoción; sin embargo, en su tono pude vislumbrar algo parecido al orgullo.

-no fui yo, y bien lo sabes. El sacrificio de Alec...-ella me interrumpió crudamente

-el sacrificio de Alsvid ciertamente rompió el ciclo pero fuiste tú quien ganó la batalla-aseveró

Mi única reacción fue asentir, no estaba en ánimo de recibir cumplidos y sabía que me era mejor no molestar a las nornas.

-ya va a comenzar -dijo tomando mi mano con delicadeza. Su piel no era ni fría ni caliente, no tenía pulso, poseía un extraño brillo sobrenatural, idéntico al del Yggdrasil. Me condujo hasta el valle que una vez recorrí en sueños, fue donde por primera vez hice la conexión entre Máni y Polo. En el medio del valle se encontraba la vertiente de un río, un estrecho flujo de agua platinada. Los invitados se quedaron al borde de río, esperando, aunque no sé muy bien qué, nunca antes había ido a un funeral en este lugar. Rogaba para que esta fuera la primera y última vez que tuviera que hacerlo.

"Aquí estas" anunció Polo contento de encontrarme, no tuve que darme la vuelta para saber que estaba a mi lado, si no hubiera estado tan ensimismada analizando este lugar tan extraño, hubiera sabido que estaba cerca así lo tuviera a diez pasos de distancia. Tras la pelea nuestra conexión era cinco veces más fuerte y no creí que eso fuera posible. Pero ya la línea entre lo imposible y lo posible se veía muy borrosa tras lo que hemos pasado. Ya nada me sorprendería a este punto.

-Máni- saludó cortés la norna a mi amado. Él le devolvió el saludo con un simple gesto de asentir con la cabeza.

-¿Y Arthur?-pregunté en voz alta y dando la vuelta para ver a Polo.

Sus ojos grises delataban la tristeza en su corazón, y por supuesto, yo también la sentía en el mio.

-Ya ha terminado de arreglarlo todo, en unos momentos estará por acá -su voz sonaba apagada y seria, no me gustaba verlo así. Pero entiendo que al igual que yo sufre por el entrenador que perdió, el amigo, el guardián que me protegió hasta el fin.