Parte de mi

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-qué....que haces aquí? -pregunte desconcertada, había perdido toda esperanza en que Polo siguiera respondiendo mis cartas, incluso me convencí a mi misma de que ya no le era interesante y sin embargo, estaba aquí, a mi puerta. 

-termine lo que estaba haciendo y...quería verte- admitió con timidez , yo solo me hice a un lado para dejarlo pasar. Entró y me puse nerviosa, el hogar para mi representa el lugar donde escondes las cosas que no pueden ser vistas afuera, donde ocultas y eres libre de hacer lo que afuera no te permiten, algo personal. Y estaba justamente dejando entrar con facilidad a Polo, como si lo conociera de toda la vida. 

-Qué haces despierta?-me preguntó 

-Solo, dibujaba -respondí subiendo las escaleras con Polo siguiendo mis pasos. 

Hace un par de semanas éramos dos extraños, totalmente ignorando la existencia del otro, y ahora estaba aquí en mi casa, sentado en mi cama , admirando mi cuarto, y yo, sintiéndome completamente desnuda ante su mirada analítica y calculadora. 

-Cómo te ha ido esta semana?

Vi el esfuerzo que ponía para sacar conversación así que decidí relajarme y me senté a su lado.

-Horrible, la rutina lentamente me asesina-le respondí y él dio una pequeña sonrisa que termine por devolver

-Me extrañaste?

-Mucho-respondí honesta y vi que al preguntarlo se había sonrojado. 

-Disculpa por no responder a la última carta que me enviaste yo... no pude enviarte la mía así que no te llegó la respuesta-dijo sacando una carta del bolsillo de su pantalón la cual agarre con una sonrisa. 

-Prefiero hablar contigo en persona, me gusta tu voz-le dije y él se quedó en silencio pero sabía que lo apenaba. No era bueno recibiendo cumplidos y eso lo noté.

-Qué pintabas?-pregunto cambiando el tema

La verdad no tenía idea de lo que había pintado, estando en uno de mis trances artísticos , normalmente nunca percibo lo que mis manos crean con sus movimientos impulsivos. Me levanté a ver mi lienzo y Polo me acompaño, al verlo me quede horrorizada. 

Me sentí mareada y quise vomitar, la imagen era tan real que me traía recuerdos indeseados de la pesadilla de esta noche y las anteriores. 

-Qué es eso Sunna?-pregunto Polo conteniendo la rabia en su voz y me quede sorprendida al ver que estaba molesto. Se que la pintura no era nada alentadora pero por qué el súbito cambio de humor?

-No lo se Polo yo solo...a veces pinto cosas que se me vienen a la mente y no puedo controlarlo yo...no se que decirte-le dije en un hilo de voz. 

Polo volteo a verme con curiosidad

-eso te pasa a menudo? 

-últimamente si

Él se quedo pensativo. 

-no es nada-dije tapando la horrenda visión de dos lobos descomunalmente grandes jugando con los restos de mi cuerpo desmembrado. 

-Irás mañana a clase?

-lo dudo-me dijo sin darle importancia

-te quedas a dormir?-pregunte sin pensar y cuando salió de mi boca me sonrojé. 

-no te meterías en problemas con tu madre si lo hago?

-para nada, ni se dará cuenta, estará ocupada superando su resaca-le dije con una sonrisa pero su rostro se volvió pensativo una vez más

Hijo de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora