Presentaciones

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POV Faye

La casa de mis padres seguía igual, y a la vez tan diferente. Era una casa tradicional, de techos altos y coloridas decoraciones en tonos cálidos. Las paredes estaban llenas de fotos familiares, y las mismas estatuillas y recuerdos estaban en sus lugares de siempre, pero el espacio parecía haberse encogido. Todo parecía más pequeño de lo que recordaba, como si en mi ausencia el tiempo hubiera seguido avanzando para ellos, encajonando los años, los recuerdos, y las viejas costumbres.

Mamá me esperaba en la puerta con una sonrisa emocionada y los brazos abiertos, mientras papá, a unos pasos detrás de ella, me observaba con sus ojos brillantes de alegría contenida. Al verme, su usual seriedad se desmoronó, y me envolvieron en un abrazo conjunto, cálido y apretado.

—¡Faye, bienvenida a casa! —dijo mamá, y su voz suave y cantarina me trajo una oleada de paz y tristeza, esa mezcla que solo aparece cuando regresas a un lugar del que huiste.

LingLing llegó momentos después, sin perder el tiempo en recordarme cuán emocionada estaba por mi regreso y por una salida que tenia planeada. Tenía planeado que asistiera a un casting porque conocía a una persona que me podría ayudar pero nunca me dijo quien. Solo suspiré, viendo cómo su energía se desplegaba como siempre. A pesar de que intentaba negarme, al final acepté sin mucha convicción; había pasado tanto tiempo desde que había compartido algo así con ella.

Aunque quería pasar más tiempo con mi familia y conversar sobre mil cosas tras nuestro reencuentro, la realidad era que el cansancio de casi 24 horas de vuelo, en las que apenas pude descansar, se hacía sentir. Mi familia entendió y me dejó ir a descansar.

Apenas crucé el umbral de mi antigua habitación, el cansancio acumulado por el vuelo casi se disipó ante la familiaridad de cada rincón. Todo estaba igual que antes, como si el tiempo no hubiera pasado. Las paredes mantenían las fotos de mi adolescencia y, sobre el escritorio, aún permanecía el peluche que LingLing y Freen me regalaron antes de mi partida y no puede llevarme. No pude evitar una punzada de nostalgia mientras un sinfín de recuerdos me llenaba.

Me dejé caer sobre la cama, que crujió con ese sonido tan conocido. Miré hacia el techo y vi las pegatinas fosforescentes que aún colgaban ahí desde que era niña. Sus formas, medio despegadas, me devolvieron a las noches en las que solía acostarme aquí, soñando con escapar, con explorar el mundo. Entonces, tenía toda la confianza de que el futuro me depararía grandes logros, que me esperaban aventuras y éxito. Ahora, después de años y experiencias difíciles, sentía que no había alcanzado ni una fracción de esos sueños.

Mientras abrazaba la almohada, los recuerdos de Akira aparecieron con fuerza. Su rostro, sus palabras y el dolor de haber sido la primera en romper mi corazón se mezclaban en mi mente con las emociones recientes que aquella extraña en el aeropuerto había despertado en mí. Era increíble cómo el pasado podía regresar con tanta claridad, aunque ya lo hubiera dejado atrás.

Solté un suspiro, tratando de liberar parte de esa mezcla de sentimientos, y me dije en voz baja:

—¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?

Mis párpados se hicieron pesados, y en un instante, el agotamiento se impuso. Me fui quedando dormida, envuelta en un sueño profundo en el que pasado y presente se entrelazaban en una serie de caras conocidas, momentos felices y otros dolorosos, mientras el eco de mis antiguos deseos parecía resonar a lo lejos, como si todavía esperaran por mí.

Fue como si solo hubiera cerrado los ojos un instante antes de que sonara la alarma, anunciando que había llegado la hora de enfrentar el día y el inevitable encuentro con los planes de LingLing estaban aqui.

Keep Dreaming (FayeYoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora