POV FAYE
Habían pasado tres días desde que llegué a mi departamento, y la soledad junto con la quietud del momento me resultaban abrumadoras. Me había acostumbrado tanto al ajetreo de ser actriz que ahora, la calma parecía casi un intruso.
Por el momento, las giras habían parado: ni eventos ni viajes. Sin embargo, mis días de vacaciones terminarían pronto, y Wan ya tenía todo planeado. Yoko y yo trabajaríamos juntas en una nueva película. La aceptación que tuvimos con la serie fue tal que los fans no pedían, sino exigían, más proyectos juntas. A decir verdad, no me molestaba en absoluto.
Además, Wan me consiguió otros contratos para pequeños papeles en algunas novelas. No eran roles principales, pero me agradaba que no me sobrecargara de trabajo. Era un equilibrio que agradecía.
Mientras esos días de descanso llegaban a su fin, necesitaba centrarme en algo más importante: planear el cumpleaños de Yoko. Quería que fuera especial, algo íntimo y relajado, lejos del ruido del público. Tenía en mente un evento pequeño, pero necesitaba la ayuda de alguien que siempre hacía fiestas increíbles. Así que tomé las llaves de mi auto, salí de mi departamento y conduje al hospital donde trabajaba mi hermana.
Como siempre, LingLing debía estar atendiendo pacientes en urgencias, aunque tenía su propio consultorio le encantaba estar donde mas acción habia. Caminé directo a recepción, notando algunas miradas que se posaban en mí. Aunque el hospital solía ser un caos, ese día parecía estar más tranquilo.
—Disculpa, ¿la doctora Malisorn estará libre? —pregunté de forma educada a la enfermera de recepción, quien me miraba con algo que interpreté como ¿emoción?
—¿Quién? —respondió con voz apenas audible, lo que me hizo sonreír.
—La doctora Mali... Perdón, Kwong —recordé que en el trabajo usaba nuestro otro apellido. La chica sacudió la cabeza y, algo nerviosa, respondió:
—Está con un paciente, pero en un momento se desocupa. Iré a avisarle que la están buscando.
Asentí mientras ella se alejaba. Me quedé recargada en el mostrador, con los brazos cruzados y los lentes puestos, observando a los pacientes y personal medico ir y venir.
—Hace tiempo que no te veía, Malisorn. Para ser exactos, desde tu cumpleaños —una voz masculina me sacó de mis pensamientos.
Me giré, encontrándome con Jakarin, el mejor amigo de LingLing.
—¿Qué te puedo decir? Soy una mujer muy ocupada ahora —respondí, riendo, mientras me acercaba para abrazarlo.
—¿Vienes a buscar a Ling? —preguntó, sabiendo la respuesta. Solo asentí—. Ya no tarda. La doctora maravilla estaba atendiendo a un niño.
—Disculpen, perdón por interrumpir —habló de nuevo la enfermera de recepción—. ¿Podría tomarme una foto contigo? Me encanta tu trabajo, soy una gran fan tuya.
Que la gente me pidiera fotos se había vuelto algo tan normal que ya no me sorprendía.
—Bueno, yo me retiro. Ya no tengo nada más que hacer aquí —bromeó Jakarin—. Nos vemos, señorita actriz.
—Cuídate, niño —respondí entre risas mientras él se alejaba. Luego miré a la chica—. Claro, ven.
Ella se acercó nerviosa, sacando su teléfono para un selfie. Tomó varias fotos, pero parecía tan ansiosa que dudaba que alguna hubiera salido bien.
—Ven, dame eso —dije amablemente, tomando su celular para ayudarla. Las fotos salieron mejor, y ella pareció relajarse un poco.
—Me descuido tantito, y mi enfermera en turno hace un escándalo en el vestíbulo —la voz de mi hermana sonó detrás de nosotros, lo suficientemente fuerte como para que la escucháramos.
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Keep Dreaming (FayeYoko)
FanfictionLa historia sigue a Faye, una mujer tailandesa que vive en Nueva York, enfrentando sus miedos y el peso de las expectativas familiares. A lo largo de su vida, ha luchado con la sensación de fracaso, especialmente al compararse con sus exitosas herma...