Keep Dreaming (FayeYoko)

Enfrentando en pasado

POV NARRADOR

El día tan esperado había llegado, la mañana estaba envuelta en un aire tenso, mientras Faye y Lux se preparaban para lo que prometía ser una reunión emocionalmente cargada. Faye se miró en el espejo, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. Lux estaba lista, con su cabello lacio y un pantalón negro holgado y una camisa como 2 tallas mas de lo que ella era. Sin embargo, su mirada delataba la inquietud que llevaba dentro.

—¿Estás lista? —preguntó Faye, colocando una mano en el hombro de Lux.

—No estoy segura —respondió Lux, con su voz temblorosa—. Es raro pensar que después de tantos años voy a verlos de nuevo. No sé cómo reaccionarán.

Faye tomó una respiración profunda. —Lo importante es que tú eres quien eres. No puedes cambiar eso por ellos. Estoy aquí para apoyarte, sin importar lo que pase.

Lux sonrió débilmente. —Gracias, Faye. Sabía que necesitaría a alguien en este momento.

Mientras Faye y Lux se dirigían a la casa de los padres de Lux. Cada kilómetro que recorrían parecía un desafío, y la ansiedad crecía en el estómago de Lux. Faye, al volante, le lanzó miradas de apoyo, deseando que su confianza la ayudara a superar lo que estaba por venir.

Al llegar, Lux miró la casa familiar con nostalgia, sintiendo un torbellino de emociones. Tomó una respiración profunda antes de tocar el timbre. Su madre abrió la puerta, y la sorpresa se dibujó en su rostro.

Lux tomó la mano de Faye, buscando su apoyo.

—¡Lux! —exclamó su madre, un rayo de alegría iluminando sus ojos. Sin embargo, al notar la presencia de Faye, su sonrisa se desvaneció—. ¿Por qué traes a esa chica?

Lux sintió que el corazón le latía con fuerza. —Mamá, por favor, solo quiero hablar con ustedes.

Su madre frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir algo más, su padre apareció, su mirada dura como el acero.

—¿Por qué has venido? Sabes que no tenemos nada que discutir —dijo el padre de Lux, su tono era autoritario y frío.

—Papá, necesito que me escuchen. No estoy aquí para pelear, solo quiero que comprendan quién soy —respondió Lux, su voz temblorosa pero decidida.

El padre de Lux dio un paso adelante, su expresión se tornó intensa. —¡Eres una deshonra para esta familia! No entiendo cómo pudiste escapar y vivir con esa... —hizo una pausa, señalando a Faye—. Esa chica que no es más que una influencia negativa en tu vida.

Faye sintió que la tensión en el ambiente se intensificaba. Con su corazón en la garganta, se interpuso.

—Señor, no estoy aquí para causar problemas. Solo quiero que Lux tenga el apoyo que necesita.

—¿Apoyo? —respondió el padre con desprecio—. Lo que necesita es un buen castigo por haberse desviado del camino que le hemos trazado. No voy a permitir que me avergüence así.

Lux sintió que la rabia y la tristeza la abrumaban. —¡No soy una vergüenza! Solo quiero ser yo misma. No puedo seguir ocultándome para complacer sus expectativas.

El padre de Lux se acercó, su voz baja y amenazante. —Si sigues por este camino, perderás a tu familia. No quiero tener una hija que elija vivir así.

Faye se sintió impotente ante la situación, y una punzada de miedo recorrió su cuerpo. —Por favor, escúchenos. No se trata solo de Lux. Se trata de amor y de ser verdaderamente quienes somos. Ella es su hija.

La madre de Lux, visiblemente afectada, observó el enfrentamiento. Su mirada se tornó triste al ver a su hija luchar por ser aceptada. —Por favor, escuchen a Lux. Solo quiere ser feliz.