¿Estás esperando a alguien?

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POV FAYE

Un día estás lamentándote de tu patética vida, y al siguiente, vives tus sueños. Aún me parece irreal cómo empezó todo esto. Solo vine a pasar mi cumpleaños con mi familia y terminé firmando un contrato para ser la actriz principal en una serie. El proceso no fue fácil, no voy a mentir; fueron días y noches sin dormir, repasando una y otra vez el libreto. Quería dar lo mejor de mí, y lo logré. Se estrenó la serie, y el primer capítulo fue un éxito rotundo. Cuando terminamos la primera temporada, ya era un fenómeno, y en la segunda se venían cosas aún mejores.

Wan no nos da tregua: entrevistas, participaciones, reacciones a cada capítulo que sale. Es decir, estamos ocupadas constantemente. Pero claro, siempre nos está regañando porque Yoko y yo no podemos evitar estar tocándonos. Es como una necesidad; estar cerca una de la otra se ha vuelto algo esencial.

Desde que dijimos que iríamos despacio, las cosas han ido avanzando de forma inevitable. Ahora, es muy difícil ocultar nuestra relación. El equipo sabe de nosotras, y nos apoyan. Wan, de hecho, es la fan número uno de lo nuestro. Pero tener que ocultarnos del mundo es complicado; en redes sociales se habla muchísimo de nosotras, y aunque quisiera gritarle al mundo que Yoko es mi mujer, no puedo. No solo sería riesgoso para nosotras, sino también para la producción.

Lux duró apenas una semana aquí antes de volver a Nueva York. Según ella, extrañaba a su novia, pero sé que eso no es cierto. Quería alejarse; aunque la relación con sus padres está mejorando, todavía no se siente lista para enfrentarlo todo, y la entiendo perfectamente.

Falta una semana para el estreno de la segunda temporada, y los fans están enloquecidos. Acabamos de terminar un live en TikTok, y ya empiezan a circular edits de nuestras "interacciones sutiles." Nos encontrábamos en mi casa; Yoko se iba a quedar a dormir, pero Wan vino a vigilarnos durante el live porque, según ella, no confía en nosotras cuando estamos juntas, ¡y con razón!

—Mami, no pongas esa cara —comentó Yoko, notando que Wan estaba molesta después de otro de sus regaños.

—Es que no entiendo cómo no pueden tener las manitas quietas ni un ratito, o esas miraditas. Si no estoy aquí, seguro ya se están besando en vivo —solté una carcajada, porque más de una vez he pensado en besarla.

—No fue para tanto, mami, ya, perdón. Prometo que nos vamos a comportar —dijo Yoko, con su carita de arrepentimiento que siempre funciona.

—Bien, solo por favor cuídense. Saben que las quiero y que siempre voy a protegerlas —dijo Wan mientras tomaba sus cosas para irse—. Se está haciendo tarde, tengo cosas que hacer —nos dio un abrazo a cada una.

—Nos vemos, Wan. Ya no te estreses tanto, o te saldrán canas —bromeé señalando su cabello.

—Créeme, ya las tengo, ¡por su culpa! —Yoko y yo reímos juntas.

Cuando la puerta se cerró, en menos de un segundo, ya tenía a Yoko encima de mí. Alcancé a sujetarla de una pierna y de la espalda para evitar que se cayera. A ella le encanta subirse sobre mí como si fuera un koala, y la verdad, yo amo que lo haga.

La tenía bien sujeta, y ambas reímos por la emoción de estar finalmente solas. Yoko me miraba con una intensidad que hizo que el corazón me diera un vuelco, y antes de que pudiera decir algo, se inclinó hacia mí, rozando sus labios con los míos provocando que tomara asiento rapido en el sofá.

—¿Señorita actriz? —murmuró en voz baja, con una sonrisa traviesa—. ¿No extrañabas esto?

—Mucho mas de lo que imaginas, pequeña koala — En dias no habíamos podido estar solas, y antes de que pudiera contestar, la acerqué a mí y la besé con fuerza.

Keep Dreaming (FayeYoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora