Capitulo 40: La Revelacion y el Choque

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El ambiente en la casa de los Cullen era de felicidad y alivio puro. Las dos hermanas, aunque separadas por circunstancias tan distintas, al irse Bella a Forks a pasar con Charlie y a Dakota decidió estudiar en Phoenix y quedarse con su madre aún compartían un vínculo inquebrantable. Dakota, ahora llena de dudas sobre el futuro, observaba a su hermana con nuevos ojos. Bella no era la misma, pero en el fondo, seguía siendo su hermana.

Cuando Bella se separó de Dakota, Edward se acercó a ella con una expresión seria, como si lo que estaba a punto de decir pesara en su conciencia.

—Bella, hay algo más que necesitas saber —dijo Edward con cautela, consciente de que esta noticia sería complicada de asimilar—. Es sobre Jacob...

El solo nombre de Jacob hizo que Bella centrara toda su atención en Edward. Jacob su amigo...a Bella le extraño.

—¿Qué pasa con Jacob? —preguntó Bella.

Edward suspiró, dándose cuenta de que no había una manera fácil de decirlo.

—Jacob... —comenzó lentamente, eligiendo sus palabras con cuidado— se ha imprimado de Renesmee.

El silencio en la sala fue instantáneo todos los Cullen quedaron en silencio. Bella parpadeó, procesando lo que acababa de escuchar. La palabra "imprimación" resonaba en su mente como un eco, pero no parecía real. Sabia lo que era, el mismo Jacob le había hablado sobre eso. No podía ser real. Su Jacob, su amigo de toda la vida, se había imprimado... ¿de su hija? La idea era absurda, imposible. No podía aceptarlo.

—¿Qué? —susurró Bella, su voz teñida de incredulidad—. ¿De mi hija?

Edward asintió lentamente, preocupado por su reacción. Dakota, que estaba al lado, sintió que el ambiente se tensaba más y más. tampoco sabía qué pensar, pero lo que sí sabía era que Bella no lo estaba tomando bien del todo.

Antes de que nadie pudiera decir algo
más, un ruido sordo desde afuera de la casa capturó la atención de todos. Era Jacob, que había llegado justo a tiempo, parado a unos metros de la entrada. Bella lo vio a través de la ventana, su figura imponente y su expresión era seria, pero se notaba nervioso.

Sin pensarlo, Bella corrió hacia la puerta, su velocidad vampírica dejándola afuera en un abrir y cerrar de ojos. Edward, Dakota, y el resto de los Cullen la siguieron rápidamente.

—¡Jacob! —gritó Bella, su voz estaba cargada de furia y confusión—. ¿Cómo pudiste?

Jacob, que ya había anticipado su reacción, levantó las manos en señal de paz, tratando de calmarla.

—Bella, no fue algo que yo eligiera —intentó explicar, su voz tranquila, pero cargada de preocupación—. La imprimación no es algo que controlemos. Tú lo sabes.

—¿Imprimado? —repitió Bella con furia, avanzando hacia él con pasos rápidos—. ¡De mi hija, Jacob! ¡De mi bebé!

Antes de que nadie pudiera reaccionar, Bella lo golpeó con fuerza en el pecho, enviándolo varios metros hacia atrás. Jacob cayó al suelo, aturdido, pero sin perder la compostura. Aunque el golpe había sido fuerte, no hizo ningún intento por defenderse. Sabía que Bella estaba enojada, y que cualquier intento de razonar con ella en ese momento sería inútil.

Seth, que había estado observando todo desde un poco más lejos, no pudo contenerse. Viendo a su amigo en peligro, y a Bella descontrolada, se transformó en su forma de lobo en cuestión de segundos, listo para defender a Jacob si era necesario. Pero Bella, aún presa de su enojo, lo vio como una amenaza. Sin siquiera pensarlo, lo agarró por el cuello con una rapidez impresionante y lo lanzó hacia un árbol cercano.

El impacto fue fuerte, y el tronco del árbol crujió bajo el peso de Seth. Dakota, que había estado paralizada por el shock, reaccionó en ese momento.

—¡Seth! —gritó Dakota. corriendo hacia él. Su corazón se aceleró al verlo en el suelo, y aunque él comenzaba a levantarse lentamente, no pudo no preocuparse.

Bella, al ver la reacción de Dakota y lo que acababa de hacer, se detuvo en seco. Su furia comenzó a disiparse, dando paso al remordimiento. No era ella misma. No debía ser una amenaza para sus seres queridos, mucho menos para Seth y Dakota, quienes estuvieron ahí para ella.

—Lo siento... —dijo Bella, con la voz rota, mirando a Seth y luego a Dakota, que aún lo ayudaba a levantarse—. No quise hacerte daño, Seth. Solo... no puedo... —Bella respiraba con dificultad, aún no acostumbrada a controlar sus emociones como vampiro.

Seth, en su forma de lobo, soltó un suave gruñido, pero no era de ira, sino de aceptación. A pesar del dolor físico, entendía que Bella no estaba en su mejor momento. Dakota lo abrazó con fuerza, asegurándose de que estuviera bien.

Bella se giró hacia Seth, aun visiblemente afectada por lo que acababa de suceder. Se acercó lentamente a él, sus ojos reflejando una mezcla de arrepentimiento.

—Seth... lo siento mucho —dijo Bella con voz temblorosa—. No debería haber reaccionado así. Solo... la noticia me tomó por sorpresa.

Seth, ahora nuevamente en su forma humana y cambiado, le sonrió levemente, aunque con una mueca de dolor.

—No te preocupes, Bella —dijo, aún un poco adolorido—. Entiendo.

Bella asintió, aliviada por la comprensión de Seth, pero sabía que aún le costaría aceptar lo que había pasado. Jacob permanecía en silencio, observando desde la distancia. Sabía que las cosas no volverían a ser como antes, pero también sabía que ahora, más que nunca, su destino estaba vinculado al de Renesmee.

Dakota, que había estado junto a Seth durante todo el tiempo, suspiró profundamente. Sin embargo, sabía que este solo era el comienzo de los problemas que tendrían que enfrentar como familia.

La noche avanzaba lentamente, y aunque el caos parecía haber pasado por el momento, todos sabían que el verdadero desafío apenas comenzaba. Bella debía aprender a controlar su nueva naturaleza, y con la imprimación de Jacob sobre Renesmee, el equilibrio entre las especies se hacía fuerte, por la unión.

Pero por ahora, solo podían seguir adelante, juntos, enfrentando lo que el destino les deparara.

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⏰ Última actualización: 7 hours ago ⏰

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