17. Culpa.

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Han pasado varios días y Riley sigue con ese comportamiento distante

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Han pasado varios días y Riley sigue con ese comportamiento distante. No es solo su silencio, es como si estuviera intentando alejarse de mí deliberadamente. Me pregunto si hice algo mal, algo que justifique esta actitud.

Will, en cambio, ha sido un chico encantador, poco a poco, he ido confirmando lo que sospechaba: le gusto. Aunque, por más perfecto que parezca, el destino nos juega una broma cruel: estoy atrapada en este tiempo ajeno, en un futuro al que no pertenezco, y donde ninguna relación podría ser posible.

Pero volvamos a Riley. Intenté hablar con ella, pero siempre me encuentro con una barrera. Me hace sentir culpable, como si de alguna forma fuera yo la causa de su malestar. Quizá he agotado su paciencia sin darme cuenta, y esta frialdad es el resultado.

Durante el desayuno, mientras sus hermanos conversan, noto cómo apenas come, y eso también me preocupa. Parece estar agobiada, y aunque no quiero presionarla, no puedo ignorar que algo le pasa.

—Riley… —digo, buscando su mirada, que finalmente se encuentra con la mía. —¿Puedo hablar contigo?

Asiente con desgano, pero se queda en completo silencio.
Riley se levanta de la mesa, y la sigo hasta la sala de estar. Suspiro profundamente, intentando armarme de valor para preguntarle una vez más.

—Riley… ¿estás bien?

—¿No te cansas de preguntar siempre lo mismo? —responde con un tono afilado que me toma completamente desprevenida.

—¿Por qué estás actuando así? —Mi voz se eleva, sin poder contener la frustración—. Solo me preocupo por ti, si eso te molesta entonces ¡perdón por preocuparme!

Las palabras parecen impactarla tanto como a mí, pero también revelan un enojo que ella había estado guardando.

—¡Mierda, Hon! ¡No es eso, simplemente no puedo con tantas cosas a la vez!

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