RELIGARE II: LuhAngel [Fanfiction EXO- HunHan]

Pluma 15

Mi iglesia no ofrece ningún perdón,

ella dice que la venere en el dormitorio.

Al único cielo que voy a ser enviado

es cuando estoy a solas contigo.

Nací enfermo... pero me encanta.

Ordéname sanar. Amén

(Take me to the church, Hozier).

     Sehun estaba profundamente dormido antes de ser despertado por la caricia de una mano fría que le recorrió el cuello. Esa noche estuvo muy seguro de que aquello no había sido su imaginación y que tampoco era Siwon ni ninguna otra persona por la que él quisiera ser tocado. Apretó sus ojos y oró hasta que la tensión del ambiente desapareció. Cuando se incorporó, jugó un poco con su llamador de ángeles para pasar la tensión con el relajante tintineo, pero esa vez no fue suficiente. Conforme pasaba el tiempo se sintió más asediado por las sombras, la sensación de ser vigilado constantemente no lo dejaba en paz, incluso cuando se encontraba solo había escuchado la respiración agitada de un perro tras él, aunque al voltearse no logró ver nada.

    Decidió ir a al templo a orar por protección y en cuanto entró, observó a Luhan arrodillado ante el altar.

     —¿Luhan, eres tú?

     El rubio se levantó antes de contestar. —Padre Oh, debería estar descansando.

     —Lo mismo digo de ti. ¿Qué no duermes?

     —Últimamente no mucho. Escapé de casa porque quería tranquilidad, toda la tarde me sentí muy asediado por... usted sabe por quién —dijo con miedo a nombrarlo—, y vine por un poco de paz. Cuando estoy aquí, descanso, las imágenes que cruzan en mi mente son otras, prefiero ver sexo que esos rostros horribles y demoníacos.

     Sehun suspiró y luego buscó dónde sentarse. —Ven, ven acá, cuéntame todo lo que ves en este templo, también prefiero oírte.

     Luhan se sentó a su lado y miró los vitrales coloridos del techo por el cual se colaba la luz de la luna. Le parecían hermosos.

     —Básicamente, he espiado en la historia de amor entre un hombre y un sacerdote. Puedo sentir la tristeza y la confusión que nacía de ellos, pero sobre eso pulsan con más fuerza las sensaciones de amor y pasión. Es sublime y perfecto de alguna extraña manera... A veces me siento culpable por no poder dejar de verlos. Como si estuviera entrometiéndome en algo demasiado privado, en algo que solo el Cielo tiene derecho a saber y a juzgar.

     —¿Tú los condenarías, Luhan?

     El rubio negó con un movimiento de cabeza y apenas el atisbo de una sonrisa.