Capítulo 14Sus manos fueron a mi nuca y me apretaron más contra su boca mientras yo no dejaba de devorarla como un trastornado. Pero mi mente estaba en otros labios, mi subconsciente revocaba otra boca y otras gemidos mientras yo degustaba todo de ella.
Darme cuenta de la pesadilla en la que vivía era atroz, me hizo separarme de un tirón dando dos pasos atrás. Bridget me mira con los ojos achinados, la respiración entrecortada y los labios rojizos y entreabiertos por los besos.
Ella es bonita, eso no lo voy a negar, pero no remueve una pizca de nada en mí. Y tiene que hacerlo, tiene que erosionar algo, aunque sea algo mínimo.
Voy encima de ella nuevamente pero esta vez me tomo el descaro de meter la cabeza en sus pechos y morderlos por encima de la tela. Sus manos se aferran a mis cabellos incitándome a más, mientras yo no dejo de lamer toda la parte superior de ellos, a la par de mis manos, que la manosean por todos lados.
Y hasta que al fin mi verga reacciona agitándose entre los pantalones. Sonrío de lado satisfecho porque me consuela saber que al menos no me he vuelto inmune a las mujeres.
Vuelvo a separarme de ella con la respiración vuelta un lío y temiendo que una cosa lleve a otra y entonces, lord Bramwell me sepulte vivo cuatro metros bajo tierra.
La miro y luce excitada. Claramente puedo notarlo, por cómo me observa y desea.
—Creo que he encontrado una forma de dejarte sin habla —ironizo—. ¿Quién está rojo ahora lady Bridget?
Ella sigue conmocionada mirándome con de forma provocativa.
—Eso fue... Nunca pensé que fuese así ser besado por alguien —confiesa.
Y ladeo una sonrisa con suficiencia. Pero no puedo seguir por ahí, porque acabaré en donde no debo.
—Volvamos.
Ella asiente pasando saliva. Gira su espalda y ambos nos encaminamos de regreso a la mansión, en los caballos. Al llegar, almuerzo junto a la familia, mientras Bridget se dedica a mostrar su anillo de compromiso y a contar cómo fue la propuesta.
Su padre le presta toda la atención debida, mientras su madre me sigue aniquilando con la mirada al otro lado de la mesa. Me siento incómodo entre ellos, y mucho más al pensar en lo de antes.
En que saben algo de mis padres que yo no sé. ¿Qué podría ser? Los oía discutir por trivialidades diarias. Nunca sobre nada fuera de lo común. La mayoría del tiempo era mi padre quien provocaba las discusiones por sandeces, debido a su estado de ebriedad.
Y las pocas veces que estaba sobrio en la semana, las dedicaba a ignorar que tenía familia e irse a burdeles a follar con algunas putas.
Las personas todas tenemos defectos y virtudes, pero nunca he conocido a alguien tan bajo como mi padre. Aunque madre siempre quiera minimizar sus errores, la verdad es que no puedo decir algo bueno sobre él.
Miro al duque que observa entusiasmado a su hija hablar. A leguas se le nota que es un buen padre. ¿Por qué sería amigo de un hombre como mi padre? ¿Por qué lord Jacobeo también sería amigo suyo anteriormente?
Yo no podría ser amigo de una persona como él.
El almuerzo termina y yo agradezco. Hablo unos minutos a solas con el duque de Bramwell antes de irme, sobre los preparativos de la boda.
Me pongo de pie y tras despedirme de la familia, me encamino hacia la mansión Kleathes. Voy sin invitación, pero el duque no se molestaría por ello.
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La melodía de las olas
FantasiThaddeus el marqués de Osborne solo vio ante él un solo camino y fue emprender una búsqueda por el vasto mar persiguiendo historias y leyendas. Encontrarla sería su única solución, el único rayo de luz que haría sonreír a su madre y dejar que las n...