Después de la muerte de sus padres, Eliza Swan fue acogida por su hermano mayor, Charlie, y desde entonces vive con él en Forks.
A sus 18 años, lo único que Eliza quiere es disfrutar de cada momento de su juventud, y preferiblemente con cierto médic...
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" la cacería, parte 1".
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Eliza estaba aterrorizada. Podía sentirlo en cada centímetro, en cada hueso de su frágil cuerpo humano. Jasper podía sentirlo, Edward podía leerlo y Carlisle lo entendió por la forma en que Swan se aferraba a la parte de atrás de su camisa.
Recordó haber sentido esa horrible sensación cuando se enteró de su cáncer y de lo agresivo que podía ser. Sentía que podía morir en cualquier momento y eso era exactamente lo que sentía en ese momento.
Vampiros. No vampiros como Carlisle y su familia. Vampiros. Bebedores de sangre humana. Ella ya debería haber sabido que en una relación con Carlisle, tarde o temprano, algo como esto sucedería. Pero tenía muchas esperanzas de no fuera tan pronto.
Imponiéndose una máscara de indiferencia, incluso con el torbellino de sensaciones dentro de ella, Eliza enfrentó a sus visitantes con la cabeza en alto y expresión apática.
Los vio emerger uno por uno del bosque. Acercándose a los doce metros a la vez. El primer hombre inmediatamente disminuyó la velocidad, permitiendo que el otro se parara frente a él. La tercera era una mujer; Desde esa distancia, todo lo que Eliza podía ver de ella era que su cabello era de un increíble tono rojo.
Mientras se acercaban, Eliza notó lo diferentes que eran de los Cullen. Llevaban el vestuario habitual de un mochilero: vaqueros y una camisa informal con botones hecha de una tela pesada e impermeable. Sin embargo, sus ropas estaban gastadas por el uso y estaban descalzos. El cabello naranja de la mujer estaba lleno de hojas y tierra del bosque.
Eliza finalmente soltó el dobladillo de la camisa de Carlisle. Él era el líder, probablemente querría tomar la iniciativa en la familia para hablar con los visitantes.
Para su sorpresa, con sólo una mirada de Carlisle a Jasper y Emmett, los dos vampiros tomaron la iniciativa, representando a la familia. Carlisle no estaba dispuesto a dejar el lado de Eliza. No la dejaría expuesta a ningún tipo de ataque, aunque sabía que sus hijos la protegerían si fuera necesario.
Emmett se propuso bloquear la vista de Eliza. Y a pesar de sentir curiosidad, Swan se sintió un poco más aliviada, en cierto modo, como si no pudieran tocarla. Aunque sabía que eso no era exactamente cierto.
Estaban de pie en una postura erguida más habitual. El hombre al frente tenía un tono de piel oliva debajo de su palidez habitual, su cabello era de un negro intenso. Era de estatura promedio, tenía músculos fuertes, por supuesto, pero no era nada comparado con la fuerza muscular de Emmett. Mantuvo una sonrisa fluida que mostraba una hilera de dientes grandes, blancos y brillantes.
La mujer tenía una apariencia más salvaje, sus ojos rápidos miraban inquietos al hombre frente a ella, y al grupo detrás, su cabello caótico ondeaba ligeramente con la brisa.
