Shadows of Realities#2 [✔]

Capítulo 2

La tensión en el aire era palpable mientras los días pasaban. Desde su encuentro con Akihiro y Ren, Yuto y Hiroshi no podían sacarse de la mente las palabras de aquellos misteriosos chicos. Las sombras que creían haber disipado seguían rondando, invisibles pero presentes, como un espectro del pasado que no quería desaparecer.

Hiroshi, siempre reflexivo, decidió que era hora de investigar. Sabía que no podían quedarse quietos esperando a que algo catastrófico sucediera. Yuto, por su parte, intentaba lidiar con sus sueños, que cada vez eran más inquietantes y reales. El problema era que no podía compartirlos por completo con los demás, ni siquiera con Hiroshi. Había algo en esos sueños que lo retenía, como si revelar la verdad fuera desatar una tormenta.

Esa tarde, mientras los rayos de sol teñían el cielo de naranja, Yuto y Hiroshi se encontraron en la biblioteca. Los libros y registros antiguos que habían comenzado a consultar parecían no ofrecer ninguna pista concreta sobre las sombras o la conexión que podían tener con los recién llegados, Akihiro y Ren.

—Esto no está funcionando —murmuró Yuto, cerrando un libro con frustración—. Llevamos horas aquí, y no hemos encontrado nada que nos diga qué está pasando.

Hiroshi asintió, aunque su mente seguía trabajando en posibles teorías. Sabía que el problema iba más allá de lo que estaba escrito en aquellos libros. Tal vez las respuestas no estaban en el pasado que conocían, sino en algo mucho más profundo, en lugares que nunca antes habían explorado.

—Quizás la clave no esté en lo que pasó antes, sino en lo que va a pasar —sugirió Hiroshi, su mirada fija en las páginas de otro volumen viejo—. Akihiro y Ren no parecen ser una amenaza directa. Lo que dijeron fue más una advertencia.

Yuto se recostó en la silla, cerrando los ojos por un momento. Su cabeza estaba llena de pensamientos confusos, de imágenes distorsionadas de sus sueños. En esos sueños, él y Hiroshi siempre estaban juntos, pero había una figura más, una sombra que los seguía desde lejos, observándolos. Nunca podía ver el rostro de esa figura, pero sabía que estaba conectada con ellos.

—Hiroshi, he estado soñando... —comenzó a decir, finalmente dispuesto a compartir lo que le estaba atormentando—. En mis sueños, tú y yo estamos en un lugar oscuro, como si estuviéramos atrapados. Pero siempre hay alguien más allí, alguien que no puedo ver. Y siento que esa persona está relacionada con todo esto, pero no sé cómo.

Hiroshi lo escuchó en silencio, sus ojos oscuros escudriñando el rostro de Yuto. Sabía que Yuto nunca hablaba de sus sueños a menos que fueran realmente importantes, y ahora que lo hacía, entendía la gravedad de la situación.

—¿Crees que esa figura podría ser Akihiro o Ren? —preguntó Hiroshi, tratando de conectar los puntos.

Yuto negó con la cabeza lentamente.

—No. No creo que sea ninguno de ellos. Esta figura es... más antigua. Como si hubiera estado ahí desde siempre, mucho antes de que todo esto comenzara.

Hiroshi frunció el ceño, intentando procesar lo que Yuto acababa de decir. Si había una figura que los seguía desde el pasado, entonces eso significaba que las sombras estaban vinculadas a algo más grande, algo que no habían visto venir.

El Pasado de Hiroshi

En ese momento, Hiroshi recordó algo de su propia infancia. Algo que había enterrado en lo más profundo de su memoria porque le daba miedo enfrentarlo. Cuando era pequeño, antes de conocer a Yuto, había tenido una serie de experiencias extrañas, visiones que no podía explicar. En esas visiones, siempre veía dos cosas: una sombra envolvente y una figura brillante que luchaba contra ella. Nunca había comprendido lo que significaban esas imágenes, pero ahora, comenzaban a tener sentido.

—Yuto... creo que esto no es la primera vez que nos enfrentamos a las sombras —dijo Hiroshi, su voz baja pero llena de convicción—. Cuando era pequeño, solía tener visiones. Veía una sombra que intentaba consumirlo todo, pero también había una luz que luchaba contra ella. Nunca entendí qué significaba, pero ahora creo que tiene que ver con lo que estamos viviendo.

Yuto lo miró con asombro. Nunca antes había escuchado a Hiroshi hablar de esas visiones.

—¿Por qué nunca me lo dijiste? —preguntó Yuto, sorprendido por la revelación.

Hiroshi se encogió de hombros, visiblemente incómodo.

—No era algo de lo que hablara con facilidad. Pensé que eran solo sueños extraños, nada más. Pero ahora creo que esas visiones eran advertencias de lo que vendría. Y si estoy en lo correcto, lo que enfrentamos es mucho más grande de lo que imaginamos.

Yuto sintió un escalofrío. Las piezas comenzaban a encajar, pero a medida que lo hacían, el panorama se volvía cada vez más oscuro. Si Hiroshi había tenido esas visiones en el pasado, eso significaba que todo lo que habían enfrentado hasta ahora no era más que una pequeña parte de una batalla mucho mayor.

El Misterioso Mensaje de Yuto

Esa noche, mientras Yuto dormía, un nuevo sueño lo invadió. Pero esta vez, no estaba solo. La figura que siempre lo había acechado finalmente se reveló. Estaba de pie frente a él, envuelta en sombras, pero sus ojos brillaban con un resplandor inquietante. Yuto intentó moverse, pero no pudo. Estaba atrapado en el sueño, inmóvil.

—Pronto lo entenderás todo, Yuto —susurró la figura con una voz que parecía venir de otro tiempo—. Lo que crees que es el final, solo es el comienzo. Todo lo que has vivido te ha estado preparando para lo que viene.

Yuto intentó preguntar quién era, pero las palabras no salían de su boca. El miedo lo invadía, pero también una extraña sensación de familiaridad. Como si conociera a esa figura desde hace mucho tiempo.

—No temas —dijo la figura, dando un paso más cerca—. Cuando llegue el momento, sabrás qué hacer. Pero debes estar listo. Las sombras volverán, y esta vez, no estarán solas.

El sueño terminó abruptamente, y Yuto despertó con un sobresalto. Su corazón latía con fuerza, y el sudor cubría su frente. Miró a su alrededor, tratando de orientarse. Todo parecía normal, pero sabía que lo que había visto era una advertencia. Las sombras estaban a punto de regresar, y la verdadera batalla apenas estaba por comenzar.