Shadows of Realities#2 [✔]

Capítulo 10

La mañana siguiente comenzó con una sensación de pesadez. Aunque el cielo estaba despejado y el aire de otoño traía consigo una brisa fresca, Hiroshi no podía deshacerse de la sensación de que algo grande estaba a punto de suceder. Había pasado la mayor parte de la noche en vela, pensando en Aki y en lo que había hecho. Los rumores que había esparcido parecían replicarse como un virus en los pasillos del instituto. Aki había sido lo suficientemente astuto como para no hacer acusaciones directas; sus manipulaciones eran sutiles, disfrazadas de rumores vagos y susurros al oído. La situación no había alcanzado un punto crítico, pero la atmósfera estaba llena de incertidumbre, y el peso de la expectativa era palpable.

Al llegar al instituto, Yuto lo esperaba en la entrada. La preocupación en su rostro era evidente, aunque intentaba disimularla con una sonrisa.

—¿Dormiste algo? —preguntó Yuto, ofreciéndole a Hiroshi una botella de agua.

Hiroshi negó con la cabeza mientras aceptaba la botella.

—No mucho. Estuve pensando en todo esto —respondió, mirando hacia la entrada del edificio, donde algunos compañeros de clase ya comenzaban a agruparse en pequeños círculos—. Parece que todo el mundo sabe lo que está pasando, pero nadie me dice nada.

—Es típico de Aki —dijo Yuto con una mueca—. Sabe cómo manipular la situación para que parezca que no es culpa suya. Pero nosotros sabemos la verdad. Y eso es lo que importa.

Hiroshi asintió, aunque la preocupación no abandonaba su rostro.

—Sí, pero ¿cómo lo detenemos? No podemos simplemente esperar a que las cosas empeoren.

Yuto suspiró, claramente sin una respuesta inmediata.

—Vamos a resolverlo, Hiroshi. Solo necesitamos pensar en la mejor manera de hacerlo.

Con ese intercambio de palabras, ambos entraron al edificio. Durante la primera clase, todo parecía normal, pero esa normalidad era solo una fachada. Las miradas furtivas y los murmullos apenas disimulados llenaban el ambiente. Hiroshi podía sentir cómo algunas personas lo observaban con curiosidad, tal vez esperando que cometiera algún error, que mostrara alguna señal de que los rumores eran ciertos.

Durante el almuerzo, Hiroshi y Yuto se sentaron con Rina y otros amigos en una mesa apartada. El tema de conversación inevitablemente volvió a los rumores.

—Escuché que algunas personas están diciendo que Hiroshi se metió en problemas legales por acosar a Aki —dijo Rina, mientras pinchaba su ensalada con el tenedor—. Es totalmente absurdo, pero ya sabes cómo son las cosas aquí. Un rumor se esparce como el fuego.

—¿Y qué podemos hacer? —preguntó Hiroshi, con frustración evidente—. Si intento defenderme, parecerá que estoy a la defensiva. Si me quedo callado, todos pensarán que los rumores son ciertos.

—Tal vez deberíamos confrontarlo directamente —sugirió uno de los amigos, un chico de cabello oscuro llamado Sota—. Si lo encaramos frente a todos, no podrá seguir escondiéndose detrás de sus mentiras.

—Eso suena bien en teoría, pero Aki es demasiado astuto para caer en una trampa así —intervino Yuto—. Sabemos que se las arreglaría para salir de la situación como si él fuera la víctima.

Hiroshi suspiró, apoyando la cabeza en las manos.

—Siento que no hay salida.

Rina, que había estado en silencio por unos momentos, de repente alzó la vista con una expresión decidida.

—Tal vez no podamos detener los rumores ahora mismo, pero lo que sí podemos hacer es crear nuestra propia narrativa. Si dejamos que Aki controle la historia, siempre estaremos a la defensiva. Pero si tomamos el control y mostramos a todos lo que realmente está pasando, tal vez podamos detener esto.