Shadows of Realities#2 [✔]

Capítulo 14

Los días pasaban rápido y el mundo no dejaba de girar alrededor de Kai Minho y Ethan. Cada movimiento, cada palabra, cada gesto que hacían era seguido de cerca por los medios de comunicación, los fanáticos y los curiosos. Ahora, siendo reconocidos como las personas más ricas del país, el peso de la fama y el éxito parecía más denso que nunca. La prensa los llamaba "Los Reyes del Imperio Moderno", y a donde quiera que fueran, las cámaras los seguían, las luces centelleaban y los rumores surgían.

Kai Minho estaba sentado en su oficina, observando la vista desde el piso más alto del imponente edificio que llevaba su nombre. Las ventanas panorámicas ofrecían una vista increíble, una ciudad llena de vida y movimiento, todo bajo su dominio. Pero aunque desde fuera su vida parecía perfecta, había una sensación extraña que lo perseguía, una sensación de vacío que ni el dinero ni el poder podían llenar. A menudo se encontraba pensando en lo rápido que todo había sucedido, en cómo su vida había cambiado desde esos primeros días junto a Ethan, en cómo su éxito ahora era un peso tan pesado como el oro que lo adornaba.

Mientras tanto, Ethan, a solo unas oficinas de distancia, estaba inmerso en una llamada importante con inversionistas de otro continente. Su tono era firme, seguro, pero dentro de él había algo que se revolvía, un sentimiento que había aprendido a enterrar hace mucho tiempo. La vida había sido tan rápida que no había tenido tiempo de detenerse y preguntarse qué es lo que realmente quería. Había logrado todo lo que alguna vez soñó, pero el precio de ese éxito parecía ser su propia paz interior.

Cuando terminó la llamada, Ethan se reclinó en su silla y cerró los ojos por un momento, dejando que el silencio de la oficina lo envolviera. Pero ese silencio no duró mucho. Un mensaje apareció en su teléfono: "Cena esta noche. Todos juntos. Necesitamos hablar. – Yuto". Ethan frunció el ceño, extrañado por el tono del mensaje. Yuto era un amigo cercano, alguien que siempre había estado a su lado, pero en las últimas semanas había notado cierta distancia entre ellos.

Decidido a despejar su mente, Ethan se levantó y caminó hacia la oficina de Kai. Al abrir la puerta, encontró a su amigo y socio mirando por la ventana, perdido en sus pensamientos.

—¿Estás bien? —preguntó Ethan, entrando en la sala.

Kai se volvió hacia él y esbozó una sonrisa cansada.

—Sí, solo estaba pensando en todo lo que hemos logrado... y en lo que viene después.

Ethan asintió, entendiendo perfectamente lo que Kai quería decir. A veces, cuando alcanzas la cima, el camino hacia adelante no siempre es claro. Habían trabajado tanto para llegar hasta allí, pero la pregunta que ambos se hacían, aunque nunca en voz alta, era: ¿qué sigue?

—Me llegó un mensaje de Yuto. Quiere que nos reunamos esta noche —dijo Ethan, rompiendo el silencio.

Kai levantó una ceja, sorprendido.

—¿Los cuatro? —preguntó, refiriéndose a Hiroshi también.

Ethan asintió.

—Sí. Parece que hay algo importante que quiere hablar.

Kai se cruzó de brazos, pensativo. Había notado la misma distancia entre ellos y sus amigos en las últimas semanas, especialmente con Hiroshi, quien solía ser mucho más cercano. Pero el éxito, como bien sabían, a veces levantaba barreras invisibles entre las personas.

Esa noche, se reunieron en un restaurante discreto, lejos de los flashes de las cámaras y las miradas curiosas. El ambiente era relajado, pero en el aire flotaba una tensión palpable. Yuto y Hiroshi ya estaban sentados cuando Kai y Ethan llegaron. Ambos se levantaron para saludarlos, pero algo en sus expresiones revelaba que esta no era una reunión cualquiera.

Después de algunos intercambios de cortesía y una ronda de bebidas, el silencio cayó sobre la mesa. Fue Yuto quien finalmente habló, su voz firme pero con un toque de vulnerabilidad.

—No quiero hacer esto incómodo, pero siento que ya lo es —comenzó, mirando a Kai y Ethan—. Han pasado muchas cosas desde que empezamos este viaje juntos. Las cosas han cambiado, nosotros hemos cambiado, y creo que es momento de hablar de eso.

Kai y Ethan se miraron entre sí, desconcertados. Hiroshi permanecía en silencio, pero sus ojos no se despegaban de Kai.

—¿A qué te refieres? —preguntó Ethan, tratando de entender a dónde quería llegar Yuto.

Yuto respiró hondo antes de continuar.

—Durante años hemos sido amigos, y estoy seguro de que todos hemos sentido esa conexión especial que nos une. Pero últimamente... algo ha cambiado. No es fácil decir esto, pero Hiroshi y yo hemos estado guardando cosas, cosas que probablemente deberían haberse dicho hace mucho tiempo.

El corazón de Kai dio un vuelco. Sabía que algo andaba mal, pero no estaba preparado para lo que Yuto estaba a punto de revelar.

—Hiroshi, ¿quieres hablar tú? —dijo Yuto, girándose hacia su amigo.

Hiroshi asintió, nervioso. Sus manos temblaban ligeramente cuando tomó la palabra.

—Kai, Ethan... —comenzó, su voz apenas un susurro—. He estado enamorado de ti, Kai, durante mucho tiempo. Y Yuto... Yuto siente lo mismo por Ethan.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Ethan y Kai se quedaron congelados, incapaces de procesar lo que acababan de escuchar. Todo lo que habían pensado sobre su relación con Yuto y Hiroshi se desmoronaba en cuestión de segundos.

—¿Qué...? —murmuró Kai, sus ojos buscando desesperadamente una explicación.

Hiroshi miró hacia abajo, incapaz de enfrentar la mirada de Kai. Yuto, por su parte, mantenía su postura firme, sabiendo que esta conversación era inevitable.

—No estamos diciendo esto para cambiar nada —aclaró Yuto rápidamente—. Solo sentimos que ya no podemos seguir ocultándolo. Ambos hemos estado lidiando con estos sentimientos en silencio, mientras veíamos cómo sus vidas avanzaban. Y aunque estamos felices por ustedes, no podemos seguir pretendiendo que todo está bien cuando en realidad no lo está.

Ethan, aún en shock, dejó escapar un suspiro largo. No sabía qué decir. Nunca había visto a Yuto de esa manera, pero ahora que lo sabía, entendía la distancia que había sentido en las últimas semanas.

—Esto... esto es demasiado —dijo Kai finalmente, pasándose una mano por el cabello—. No tenía ni idea. Hiroshi, yo... siempre te he visto como un amigo. Lo siento, no sé qué decir.

Hiroshi tragó saliva, sabiendo que esa respuesta era inevitable. Pero escucharlo de la boca de Kai dolía más de lo que había imaginado.

—No espero que sientas lo mismo —respondió Hiroshi, tratando de mantener la compostura—. Solo necesitaba que lo supieras. Ya no podía seguir con esto dentro de mí.

Yuto asintió, apoyando a su amigo con una mirada de solidaridad.

—Solo queríamos ser honestos con ustedes, sin importar lo difícil que fuera —añadió Yuto—. Ahora que lo saben, podemos seguir adelante, sea cual sea la dirección que tomen nuestras vidas.

El silencio volvió a apoderarse de la mesa. Ninguno de los cuatro sabía qué decir, cómo proceder después de tal revelación. Lo que estaba claro es que nada volvería a ser lo mismo.

La cena terminó sin muchas más palabras. Las emociones estaban demasiado a flor de piel para continuar con una conversación normal. Kai y Ethan regresaron a sus respectivos hogares, sumidos en sus pensamientos, mientras Yuto y Hiroshi también se retiraron, sintiendo un alivio agridulce al haber descargado finalmente el peso que habían llevado durante tanto tiempo.

Esa noche, Kai no pudo dormir. Las palabras de Hiroshi resonaban en su cabeza. Nunca se había imaginado que alguien tan cercano a él pudiera tener esos sentimientos, y mucho menos que esos sentimientos hubieran estado presentes durante tanto tiempo. Sentía culpa, pero también una profunda confusión. ¿Cómo seguían adelante después de esto?

Ethan, por su parte, se sentía igual de perdido. La revelación de Yuto lo había dejado perplejo. Siempre había considerado a Yuto como un amigo cercano, pero ahora, con esta nueva información, no podía evitar preguntarse si había ignorado señales que siempre estuvieron ahí.

Al amanecer, ambos sabían que este era solo el principio de una nueva etapa en sus vidas.