Yuto no podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con Hiroshi la noche anterior. Algo en la mirada de Hiroshi lo había dejado inquieto, una especie de tormenta que se ocultaba detrás de su habitual fachada de confianza. Era como si Hiroshi quisiera decir algo más, algo profundo y doloroso, pero simplemente no se atreviera.
El día siguiente en la escuela fue tranquilo, pero la tensión entre ellos seguía allí, latente bajo la superficie. Se encontraron en el pasillo principal, como siempre, y aunque sus miradas se cruzaron, había una distancia palpable entre ambos.
—Yuto, espera —la voz de Hiroshi lo alcanzó justo cuando estaba por entrar al aula de arte.
Yuto se detuvo, su corazón acelerándose al escuchar el tono de urgencia en la voz de Hiroshi. Se volvió, encontrándolo con una expresión que rara vez veía en él: vulnerabilidad.
—Necesito hablar contigo, pero no aquí —dijo Hiroshi, mirando a su alrededor, como si el mismo pasillo pudiera devorar su confesión.
Yuto asintió, sintiendo el peso de lo no dicho entre ellos. Se dirigieron hacia el tejado del edificio, un lugar donde solían ir cuando necesitaban un respiro de todo. El viento fresco los envolvió cuando llegaron, y por un momento, ninguno de los dos habló.
—Ayer... —comenzó Hiroshi, apoyándose en la barandilla del tejado, sus ojos fijos en el horizonte—. No te lo conté todo.
Yuto lo observó en silencio, esperando.
—Hay algo que no sabes de mí —continuó Hiroshi, con las manos apretadas en puños—. Algo que he estado intentando ocultar durante mucho tiempo.
Yuto sintió cómo su pecho se apretaba con cada palabra de Hiroshi. Sabía que ese era el momento en que Hiroshi se abriría de verdad, pero no estaba preparado para lo que vendría.
—Hace un par de años, antes de que nos conociéramos... —Hiroshi tragó saliva, como si cada palabra le costara un enorme esfuerzo—, conocí a alguien. Su nombre era Aki. Éramos... cercanos, muy cercanos.
El nombre resonó en la mente de Yuto como un eco distante, pero cargado de importancia. Yuto lo miró fijamente, tratando de procesar lo que escuchaba. ¿Un antiguo amor? ¿Un amigo? ¿O algo más? Sentía que había más historia detrás de ese nombre.
—Aki era... increíble. Todo lo que pensé que quería en alguien. Pero no todo fue lo que parecía. —Hiroshi hizo una pausa, mirando hacia abajo, como si el recuerdo le pesara más de lo que podía soportar—. Me traicionó, Yuto. Justo cuando creí que había encontrado a alguien en quien podía confiar, todo se vino abajo.
Yuto no sabía qué decir. Estaba claro que este Aki había sido importante para Hiroshi, pero también que había dejado una herida profunda. La tensión en el aire aumentó mientras Hiroshi hablaba de su pasado, de la relación que había comenzado con promesas y sueños, pero que había terminado en un colapso emocional que aún no sanaba del todo.
—Desde entonces, no he podido confiar plenamente en nadie. —Hiroshi lo miró finalmente, sus ojos brillando con una mezcla de dolor y arrepentimiento—. No quiero que eso pase contigo, Yuto. No quiero perderte como lo perdí a él.
Las palabras de Hiroshi se clavaron en Yuto como una flecha. Sentía que entendía mejor la coraza que Hiroshi había construido a su alrededor. El chico confiado y despreocupado que siempre mostraba al mundo era solo una fachada, una forma de protegerse de que lo lastimaran nuevamente.
Yuto dio un paso adelante, acercándose a Hiroshi. Lo miró a los ojos, sus propias emociones en conflicto. Sabía que sus sentimientos por Hiroshi eran reales, pero también entendía lo complicado que era entrar en la vida de alguien tan herido.
—No soy Aki —dijo Yuto suavemente, pero con determinación—. No soy él, Hiroshi.
Hiroshi lo miró, sorprendido por la firmeza en la voz de Yuto.
—Sé que es difícil confiar en alguien de nuevo después de que te traicionan, pero no me pongas en su lugar. No sé qué pasó entre ustedes, pero yo estoy aquí, ahora. Y si tú también lo estás, podemos intentarlo. No tienes que cargar con todo tú solo.
Por un momento, Hiroshi no dijo nada. Sus ojos buscaron algo en el rostro de Yuto, como si intentara asegurarse de que las palabras fueran sinceras. Finalmente, asintió, aunque el dolor en sus ojos aún seguía ahí.
—Gracias, Yuto. No sé si estoy listo para abrirme del todo, pero... quiero intentarlo. Contigo.
El corazón de Yuto latió con fuerza ante esas palabras. No era una confesión de amor, no en el sentido romántico, pero era algo mucho más importante. Era un paso hacia la confianza, hacia la posibilidad de algo más, algo real.
Yuto sonrió levemente, sintiendo que, aunque el camino por delante sería difícil, al menos no lo recorrería solo. Estaba dispuesto a estar allí para Hiroshi, tal como Hiroshi lo había estado para él en tantas ocasiones.
—Lo que sea que venga —dijo Yuto, dando un paso más cerca—, lo enfrentaremos juntos.
Hiroshi no respondió, pero la mirada en sus ojos lo dijo todo. Por primera vez en mucho tiempo, parecía que las sombras de su pasado comenzaban a desvanecerse. Aunque aún quedaba mucho por enfrentar, había algo diferente en el aire entre ellos, una sensación de que, quizá, juntos podían sanar esas viejas heridas.
El viento soplaba suavemente, llevando consigo los ecos de una historia que apenas comenzaba a reescribirse.
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Shadows of Realities#2 [✔]
Teen FictionSEGUNDA HISTORIA 🌟Shadows of Realities 🌟 En un mundo donde los secretos a menudo gritan más que las palabras, "Shadows of Realities" narra la historia de Yuto y Hiroshi, dos jóvenes que se encuentran en un delicado equilibrio entre el amor y la in...