Shadows of Realities#2 [✔]

Capítulo 21

El día comenzó con el suave sonido de las aves cantando en los árboles que rodeaban la casa de campo. El sol apenas se filtraba entre las ramas, creando patrones de luz y sombra en el suelo. Para los chicos, era un cambio bienvenido del bullicio constante al que estaban acostumbrados en la ciudad.

Kai Minho fue el primero en despertar. Se quedó unos minutos en la cama, disfrutando de la tranquilidad. No había llamadas, mensajes ni notificaciones, solo el silencio, interrumpido ocasionalmente por el canto de los pájaros. Se levantó y salió al balcón, donde el aire fresco de la mañana lo recibió.

Pronto, los demás comenzaron a despertar. Ethan salió de su habitación, frotándose los ojos. Lo siguieron Yuto y Hiroshi, ambos visiblemente más relajados que en días anteriores.

—¿Cómo dormiste? —preguntó Kai, mirando a Ethan, que se acercaba lentamente al balcón.

—Como un bebé —respondió Ethan con una sonrisa—. Creo que necesitaba esto más de lo que pensaba.

Hiroshi y Yuto se unieron a ellos en el balcón, ambos luciendo más descansados. Hiroshi, en particular, parecía más tranquilo. Las tensiones de los días anteriores seguían presentes, pero había una sensación de alivio en el aire, como si el hecho de estar en un lugar tan apartado les hubiera dado a todos un poco de perspectiva.

—Es hermoso aquí —dijo Yuto, mirando el paisaje con una sonrisa—. Creo que este es el lugar perfecto para recargar energías.

El grupo pasó la mañana explorando los alrededores de la casa. Dieron un paseo por el bosque, caminaron hasta el lago cercano, y aprovecharon para desconectar de todo lo que había sucedido en las últimas semanas. Cada paso en la naturaleza parecía ayudarles a liberar un poco más del peso que habían estado cargando.

Ethan, siempre el más reflexivo del grupo, se detuvo un momento junto al lago, observando el agua calma. Sus pensamientos se dirigieron a Yuto, y la confesión que había hecho recientemente. Aunque la situación seguía siendo un tanto incómoda, había decidido que lo mejor era enfrentarla con madurez.

—Yuto —dijo finalmente, rompiendo el silencio.

Yuto, que estaba a unos metros de distancia, levantó la vista. Sabía que esta conversación debía suceder, y aunque no estaba seguro de cómo se desarrollaría, agradeció que Ethan la iniciara.

—Sí —respondió, acercándose.

Ethan se giró hacia él, con una expresión seria pero calmada.

—He estado pensando mucho sobre lo que dijiste. Sé que no fue fácil para ti, y lo aprecio. Solo quiero que sepas que nuestra amistad no va a cambiar por eso. Tú siempre has sido importante para mí, y eso no va a cambiar.

Yuto dejó escapar un suspiro de alivio. Aunque aún sentía una pequeña punzada de tristeza al saber que sus sentimientos no serían correspondidos, también estaba agradecido de que su amistad con Ethan pudiera continuar sin resentimientos.

—Gracias, Ethan —dijo con una sonrisa sincera—. Significa mucho para mí.

Los dos intercambiaron una mirada de entendimiento antes de regresar con los demás. El grupo continuó su día disfrutando del lugar, alejados de las presiones y complicaciones que habían estado enfrentando.

Por la tarde, se reunieron en el jardín trasero de la casa para disfrutar de una fogata improvisada. La luz del fuego danzaba en sus rostros mientras charlaban sobre cosas simples: recuerdos, sueños y anécdotas divertidas. Las risas llenaron el aire, y por un momento, todo parecía como antes, como si nada hubiera cambiado.

Kai Minho, quien había estado más silencioso de lo habitual, decidió abrirse finalmente sobre lo que había estado pasando por su mente. Miró a Hiroshi, quien estaba sentado frente a él, y tomó una profunda respiración.

—Hiroshi, he estado pensando mucho en lo que me dijiste —empezó, con la voz baja pero firme—. Y quiero que sepas que lo aprecio. No fue fácil para mí escucharlo, pero te respeto por ser honesto conmigo. Nuestra amistad es importante, y quiero que sepas que eso no va a cambiar. Solo necesito un poco de tiempo para procesar todo.

Hiroshi asintió, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que los sentimientos que tenía por Kai no desaparecerían de la noche a la mañana, pero también entendía que no podía forzar nada.

—Lo entiendo —respondió Hiroshi—. No quiero que te sientas presionado. Solo quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, como amigo, como lo hemos sido desde el principio.

El ambiente entre ellos se relajó después de eso. Las tensiones que habían estado latentes comenzaron a disiparse, y el grupo se permitió disfrutar del momento, sabiendo que aún quedaba mucho por resolver, pero sintiendo que habían dado el primer paso hacia la sanación.

La noche se extendió con más conversaciones alrededor del fuego. El cielo despejado estaba lleno de estrellas, y por un momento, los cuatro chicos se sintieron pequeños bajo la inmensidad del universo, pero también conectados de una manera profunda.

—¿Saben? —dijo Ethan, rompiendo el silencio que había caído sobre el grupo mientras miraban las estrellas—. Creo que este es el tipo de paz que hemos estado necesitando desde hace tiempo.

—Sí —agregó Kai, mirando las llamas—. Tal vez necesitamos recordarnos más seguido por qué empezamos todo esto. No solo por la fama o el éxito, sino por lo que significa para nosotros, como amigos.

Yuto asintió, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, las cosas estaban comenzando a volver a encajar.

—Es cierto. Hemos pasado por muchas cosas, pero al final, seguimos aquí juntos. Eso es lo que importa.

Hiroshi, aunque aún procesando sus propios sentimientos, sonrió y levantó su vaso en señal de brindis.

—Por la amistad, entonces. Por todo lo que hemos vivido, y lo que está por venir.

Los cuatro levantaron sus vasos y chocaron suavemente, sellando un pacto no dicho entre ellos. Sabían que el futuro traería nuevos desafíos, pero en ese momento, estaban listos para enfrentarlos juntos.

Esa noche, bajo el cielo estrellado, dejaron de lado los problemas del pasado reciente y se permitieron disfrutar del presente, sabiendo que, pase lo que pase, siempre tendrían a los demás.