La gala terminó, pero los ecos de la noche se prolongaron en la mente de los cuatro jóvenes. A medida que el auto avanzaba por las calles iluminadas, el ambiente dentro del vehículo era tenso y lleno de un silencio pesado. Kai Minho miraba por la ventana, sus pensamientos enredados entre la imagen de la sonrisa de Hiroshi y las preguntas sin respuesta que Ethan le había lanzado de reojo antes de volver a entrar al evento. Mientras tanto, Yuto, sentado junto a Ethan, no podía apartar los ojos de sus manos, incapaz de procesar del todo lo que acababa de confesar.
El regreso a su lujoso apartamento, ahora más bien una prisión dorada, fue rápido pero interminable. Cuando entraron al lugar, el silencio continuaba. Nadie sabía cómo romper la barrera invisible que se había levantado entre ellos.
Kai fue el primero en hablar, con una voz un poco más dura de lo normal.
—¿Alguien quiere beber algo? —ofreció, sin mirar a ninguno en particular.
Ethan negó con la cabeza mientras Yuto murmuraba algo inaudible. Hiroshi solo observaba en silencio, sus ojos viajando entre Kai y Ethan, preguntándose si había algo más que no sabía.
Finalmente, fue Hiroshi quien decidió retirarse primero. Sabía que quedarse allí, en esa atmósfera cargada, solo lo haría sentir más confundido y herido. Antes de salir, miró a Kai, como si buscara alguna señal de reciprocidad en su mirada, pero todo lo que encontró fue la indiferencia fría que había estado tratando de desentrañar durante semanas.
—Voy a descansar —dijo Hiroshi, rompiendo el silencio con un tono vacilante.
Yuto asintió, agradecido de que alguien tomara la iniciativa de salir de esa habitación asfixiante.
Cuando Hiroshi desapareció tras la puerta de su habitación, el ambiente se sintió aún más opresivo. Kai decidió que necesitaba aire, así que sin decir nada más, salió al balcón. El frío aire nocturno golpeó su rostro, un contraste con la agitación interna que sentía.
En el interior, Ethan y Yuto permanecieron en la sala de estar, cada uno lidiando con sus propias emociones en silencio. Yuto finalmente se levantó del sofá, incapaz de soportar el peso de lo no dicho.
—Ethan, lo siento si... te incomodé esta noche —dijo con voz queda, sus ojos evitando los de Ethan.
Ethan dejó escapar un suspiro, frotándose la nuca con frustración.
—No tienes que disculparte, Yuto. Yo... —hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—, no sé qué decirte.
Yuto sonrió amargamente. —No esperaba que supieras qué decir. Solo... necesitaba que lo supieras.
Ethan asintió lentamente, sus pensamientos oscilando entre la comprensión y la confusión. Nunca había imaginado que Yuto, su amigo más cercano, albergara esos sentimientos hacia él. Y ahora, todo lo que alguna vez había sido claro entre ellos estaba cubierto por una sombra de incertidumbre.
—Eres mi mejor amigo, Yuto —dijo finalmente Ethan—. Y eso no va a cambiar. Solo... dame tiempo para procesar esto, ¿sí?
Yuto sintió un nudo en la garganta, pero asintió con la cabeza. No podía pedir más de Ethan, no cuando sabía que sus sentimientos no serían correspondidos de la misma manera.
—Gracias, Ethan —dijo con voz suave, antes de retirarse también a su habitación, dejando a Ethan solo con sus pensamientos.
Cuando la puerta de Yuto se cerró, Ethan dejó escapar un largo suspiro, sus hombros cayendo bajo el peso de la situación. Sabía que su relación con Yuto nunca sería la misma, y eso lo asustaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. A pesar de todo, no quería perder a su mejor amigo.
Mientras Ethan se hundía en el sofá, mirando al techo, Kai permanecía en el balcón, sus pensamientos girando en torno a Hiroshi. Había algo en los ojos de Hiroshi esa noche que lo había inquietado más de lo que quería admitir. Pero a pesar de todo, Kai seguía resistiéndose a sus propios sentimientos. No podía permitirse amar a Hiroshi, no cuando sabía que todo a su alrededor estaba construido sobre una fragilidad que podía derrumbarse en cualquier momento.
Mientras observaba las luces de la ciudad a lo lejos, Kai recordó las palabras de su padre: "No te involucres con nadie. El amor es una debilidad que te puede destruir". Había vivido con ese mantra durante tanto tiempo que ahora era difícil imaginarse permitiendo a alguien entrar en su vida de verdad.
Al final de la noche, todos estaban encerrados en sus propios mundos, con emociones no resueltas que pesaban en sus corazones. Aunque estaban juntos bajo el mismo techo, parecía que una distancia invisible se había formado entre ellos, una que solo se profundizaría si no encontraban la manera de enfrentar lo que sentían.
Los días siguientes fueron igual de tensos. Las apariciones públicas y los compromisos laborales continuaban, pero las interacciones entre ellos eran cada vez más frías, como si cada uno estuviera construyendo murallas para protegerse de los otros. Incluso en las entrevistas y sesiones de fotos, donde solían ser un equipo unido, ahora había un aire de profesionalismo distante que no pasaba desapercibido para los medios.
A pesar de que el mundo exterior los alababa y celebraba como las personas más ricas e influyentes de su país, internamente, todo se desmoronaba.
Un día, cuando Yuto y Hiroshi decidieron salir a dar una vuelta por la ciudad para despejarse, Kai y Ethan se quedaron solos en el apartamento. El silencio entre ellos era palpable, como si estuvieran esperando el momento adecuado para hablar, pero ese momento nunca llegaba.
Finalmente, fue Kai quien rompió el hielo.
—¿Has hablado con Yuto sobre lo que pasó esa noche? —preguntó, sus ojos clavados en el suelo.
Ethan lo miró de reojo antes de responder. —Sí, hablamos. Pero no fue fácil. No sé cómo... procesar todo esto, Kai. Nunca pensé que estaría en esta situación.
Kai asintió lentamente, sintiendo el peso de sus propias palabras a punto de salir. —Yo tampoco, pero... sé que no podemos seguir así. No con todo lo que está en juego.
Ethan lo observó detenidamente, reconociendo en su amigo una lucha interna similar a la suya. Ambos estaban atrapados en una red de emociones complicadas, y sabían que tarde o temprano tendrían que enfrentarlas.
Kai se levantó del sofá y caminó hacia la ventana, mirando hacia afuera como si el horizonte pudiera darle alguna respuesta.
—Quizás... quizás sea hora de que todos tengamos una conversación real. No podemos seguir evitando lo que está pasando —dijo finalmente, su voz suave pero firme.
Ethan se levantó también, asintiendo. Sabía que Kai tenía razón. Si seguían enterrando sus emociones, eventualmente todo explotaría de la peor manera posible.
—Tienes razón —dijo Ethan—. Pero cuando llegue el momento, tenemos que estar preparados para lo que eso signifique.
Y así, con la incertidumbre colgando en el aire, ambos sabían que la confrontación inevitable estaba más cerca de lo que querían admitir. Las tensiones habían alcanzado un punto crítico, y solo quedaba esperar a ver cómo cada uno enfrentaría sus verdades.
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Shadows of Realities#2 [✔]
Teen FictionSEGUNDA HISTORIA 🌟Shadows of Realities 🌟 En un mundo donde los secretos a menudo gritan más que las palabras, "Shadows of Realities" narra la historia de Yuto y Hiroshi, dos jóvenes que se encuentran en un delicado equilibrio entre el amor y la in...