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"Me hizo creer...", "Me manipulaba...", "Hacer cosas que no quería hacer". 


Eso no es lo que me pasaba a mí. Quiero decir, en ningún momento me sentí así... Entonces ¿por qué...? ¿Qué es lo que quiero comprobar?


"...porque tú estabas avanzando y yo no."


Mi interior está inquieto. No debería estar haciendo esto. Es un acto de desconfianza que me avergonzaría mucho si él se enterara. Pero no es que no confíe, a pesar de lo que dijo, a pesar de lo que está escrito. Todavía podría ser todo esto solo una gran... Gran coincidencia.


—Uh, lo siento, no iré al ensayo hoy. —Termina de ponerse el gloss sobre sus ya sonrosados labios y se despide de su espejito de mano rosa pastel lanzándole un beso antes de cerrarlo y guardarlo en su lujoso bolso aperlado—. Igual no es que me tocara práctica a mí. 


Esboza una leve sonrisa mirando el reloj inteligente apresando su muñeca, su más reciente recompensa. Sabe que no es necesario que me diga a dónde va, aunque el significado de los días en que su maquillaje y apariencia son más femeninas que de costumbre fuese algo de lo que me enterara por pura casualidad. En realidad, hasta donde dependió de él, probablemente nunca lo hubiera dicho; siempre muy independiente para ciertas cosas, sin nadie a quien rendir cuentas, él más bien parecía el mayor entre los dos, si no fuera por la máscara de niño mimado con la que quiso cubrir su realidad. Y aunque siempre dolerá en mi corazón el desapego de mi único y muy preciado hermanito, me tranquilizaba pensar que estaría bien, que quizás esa era su forma de lidiar con los problemas y el hablar de las bocas pestilentes y ociosas que juzgan por lo que ven como si no estuvieran ciegas. 


Eso pensaba al verlo andar con tanta autoconfianza, luciendo lo lindo que siempre ha sido y quiso ser, hasta que empezó a aparecer con cosas caras, cosas que el matrimonio de edad avanzada que le había acogido, por más bondadoso que fuese, no se habría podido permitirse darle.


Al parecer, Todomatsu no era el único al que le gustaba su aspecto afeminado. 


Y yo, como en ese entonces, sigo sin saber cómo reaccionar.


—Karamatsu... —La discusión de esa vez la tengo grabada a fuego—. ¿Qué te he dicho de poner esa cara?


Fue la pelea más fea que hemos tenido. La única, quizás.


—Que no lo haga... 


Que haga como si no me hubiese enterado. ¿Cómo podría?


Cyan [Osomatsu-san]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora