capítulo 26

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𝚈𝚞𝚐𝚒 𝚙𝚘𝚟

—Eso es, pon tu brazo ahí...

Fui caminando por la gran casa, las luces estaban apagadas, por lo que me tocaba adivinar dónde pasaba, porque un mal movimiento y nos estrellamos contra el suelo. Estiré mi brazo para tener una distancia entre las cosas de la mansión parecía peso muerto.

Un dolor punzante aparece en uno de mis dedos de los pies. Me había pegado con el filo de un mueble aleatorio.

—¡Auch!

—¿Donde esta su dormitorio?—. !Ey! Escúchame.

Bueno, me tocará adivinar. Pensé. Sigo caminando despacio para no volver a golpearme, en la oscuridad distingo una rara colina con pilares, esas deberían ser la escaleras.

Con cuidado levanté el pie para subir el primer escalón, hago maniobras para poder llevar conmigo a Atem, que estaba a mi lado dormido.

Como deseaba haberle dicho a Jaden que me hechara una mano.

Ya no podía lamentarme, lo hecho, hecho está.

—Por que todo da vueltas—.

—Ya estamos llegando, ten paciencia—le Dije.

Ahora, nos ubicamos en el segundo piso de la casa, en esta se encontraba una pequeña sala, de estilo moderno y sencillo, lo demás se extendía por medio de un largo, pero muy largo pasillo, también oscuro.

—Y yo pensé que esto no iba hacer complicado— me lamenté.

Excelente. ¿Ahora qué?

Empecé la marcha, me detuve en una puerta aleatoria, yo también me estaba cansando, no se que hora era, pero sabía que cuando llegué a la casa de Mana me iba a pegar una regañiza que no creo que la olvidé en toda mi vida.

Riesgos que hay que tomar.

Escaneo el pomo de la puerta y la abro. Sip, este no era el cuarto de Atem, pero a dentro había una cama, justo lo que el necesitaba. Avanzo, casi. Tropezando, hacia el colchón pulcro y tendido con sabanas que ni vendiendo mis órganos en el mercado negro pudiera conseguir.

—Eso es, acuéstate—susurré y lo empujó contra la cama, el se acomoda por su propia cuenta para estar más cómodo, queda tendido encima de las cobijas que, se suponen que sirve para arroparse cuando hace frío.

Me quedo un rato más para asegurarme que de verdad este dormido. Terminando, me pongo de puntitas para poder salir de la habitación, rodeo la cama, intentando de no hacer caer algo o crear ruido.

Cuando abro de nuevo la puerta para poder escapar de aquí, unos brazos me envuelven por completo, me asustó, casí gritando y a punto de sufrir un paro cardíaco miro por encima de mi hombro...no cambia.

—Suéltame—. Dije esperando que por fin me haga caso. Él se rehúsa a escucharme y niega con la cabeza.

Si no me suelta como le indico no se cómo reaccionaré.

—Suéltame— vuelvo a repetir.

—No, quédate conmigo

—No lo haré

—¿Por qué simplemente no me haces caso?

—No sigo órdenes de nadie

Gruño por lo bajo.

—No me hagas obligarte a hacerlo

—Desde que te vi de nuevo no haces más que quejarte de mi

—No me digas— Ironizé, Atem me dió la vuelta para luego estrellarme contra la puerta, cerrándola de una sola.

La melodía de mi corazón/BlindshippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora