capítulo 24

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-Ven aquí.- Dijo Atem estirando su brazo para poder abarcar a Yugi en un Gran abrazo, la cual solo pudo sonrojarse.

-Estas muy cariñoso últimamente, lo sabes.- Ladeó su cabeza para que descansará en el hombro de su chico mientras seguían caminando.

-¿Y eso te afecta?-Farfulló Atem mirando al cielo por un momento.

Las Tonalidades grises y negras se lograban ver en el cielo nocturno de la ciudad, las estrellas brillaban con tanta intensidad que parecían pequeños diamantes a la distancia.

-Por supuesto que no.-Se quejó Yugi riéndose, empujó su cadera a un lado para que chocará con la de Atem, y él al darse cuenta de esto le devuelve la acción, comenzando un vaivén divertido entre los dos.

-¡Oye, eso no es gracioso!-

-Pues para mí si lo es.-

Las risas de los dos amantes se mezclaron, alegrando el ambiente sobrío y tranquilo de la noche. Ambos se quedaron en silencio, pero no en uno incómodo, era uno en donde no necesitaban decir que se sentían bien el uno con el otro porque era bastante lógico la respuesta a eso.

Los dos estaban bien, los dos estaban tranquilos y nadie les iba arruinar su momento.

No tenían un destino fijo o un lugar determinado para quedarse un rato, solo se dejarían guiar por sus pies, dejando las preocupaciones atrás y disfrutando su momento para estar juntos de nuevo.

'Como debería ser' pensaron los dos.

-¿Como fue que me dejé convencer?-

Él suspiró, una sonrisa se extendió por sus rasgos.

-Tal vez por qué no te resististes a mis encantos.- Le ofreció un guiño a Yugí, puso los ojos en blanco en forma de broma.

- Narcisista.-Dijo ella dándole un codazo en su costado a modo de juego.

-Pero te encanta que sea así.-Contratacó Atem tocando la nariz de Yugi, apartó su mano despacio y siguió con su camino.

Un pensamiento pasó por la mente de Yugi.

No dejó que las ansias ganarán contra su paciencia, pensó a detalle si era arriesgado o no hacer esa jugada, cuando estuvo segura lo intentó. Disimuladamente se fue aflojando del agarre de Atem que tenía ejercido sobre sus hombros, se alejó de a poco para que su novio no levantara sospechas. Apenas quedó libre se hechó a correr como si estuviera en una maratón.

-¡¿Qué crees que estás haciendo, Aibou?!- Exclamó Atem.

-¡Alcanzame si puedes¡- La sonrisa de oreja a oreja de Yugi no hizo dudar a Atem y obedeció las órdenes de su chica, fue corriendo detrás de ella.

-¡Pensé que eras más veloz que yo!-

-Cuidado con lo que dices o te arrepentirás!-

La pareja corría por todas las calles de Domino, aunque no faltaba las raras y fulminantes miradas de los recidentes de la zona, habían otros que les causaba ternura ver a las personas dusfrutar sus pequeños momentos libres

Yugi tenía un lugar planeado, al cual le quedaba solo a pocos metros de donde estaban, nunca se hubiera imaginado sentirse tan viva a lado de una persona que no creía que sería capaz de encender aquellos sentimientos dentro de su corazón.

Ella suponía que así se sentía el amor.

El estar enamorada.

El tener una persona especial por primera vez en su vida caótica.

La melodía de mi corazón/BlindshippingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora