Un Silencio, Nada más

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A veces creo que el silencio tiene voz,
una voz suave, casi muda,
que me susurra en las noches
y me cuenta historias que nadie más oye.

Es un silencio compartido,
una ausencia que sabe mi nombre,
que se sienta a mi lado en la oscuridad
y me recuerda todo lo que falta.

Conozco su presencia, su peso frío
cómo se despliega en cada rincón de la casa,
llenando de vacío los espacios,
cubriendo de sombra los recuerdos.

Le hablo a ese silencio como a un amigo,
le cuento mis miedos, mis dudas,
y él me responde con su calma eterna,
como si todo lo entendiera, como si todo perdonara.

Pero en el fondo sé que es solo silencio,
una ausencia vestida de compañía,
y aunque le dé forma con palabras,
es solo un reflejo de lo que no está.

Así paso mis noches, en diálogo callado,
con un silencio que no responde,
que solo me mira, me observa,
y se queda conmigo,
como un amigo fiel en esta soledad.

Sueños RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora