23. Tenis.

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Fin de semana en los dormitorios de la UA, una mañana común y corriente donde el cenizo durmió en cama ajena plácidamente hasta que fue hora de abandonar el lugar. Izuku continuaba durmiendo y se veía tan agusto que le fue imposible despertarlo, entonces prefirió irse sin despertarlo dándole una caricia en su mejilla.

El sábado es un día en el que se la pasa en el gimnasio para mantener su trabajada figura, en las noches se la pasa estudiando en su cuarto y muy poco tiempo le dedica a su teléfono, pero si disfruta de escuchar música. Sus pensamientos iban y venían, en ellos se repetía la confesión de la noche anterior.

¿Que hacer después de una confesión? Llevan tiempo conociéndose, esta claro que existe una atracción mutua tanto física como emocional. Los acercamientos que han tenido se ha basado más que nada en un impulso de confianza y atrevimiento, momentos en los que les gusta jugar con el otro más si llega a tocarlo sin una broma de por medio seguramente estallará de los nervios. Imaginando distintos escenarios sobre lo que puede suceder, duerme la noche del sábado profundamente.

Domingo en la mañana, día para hacer pereza donde los cuerpos inertes de sus compañeros yacen en el suelo. Decidido a no dañar su mañana esquiva los obstáculos de la sala, ignora un par de chicos castrosos y regresa a su cuarto, saliendo al balcón maravillandose de la belleza del día. Inhalando el aire mañanero, le da un sorbo a su taza de té disfrutando del momento pacífico.

—¡CUIDADO!

Una voz chillona llega a sus oídos y sin tener tiempo de esquivar, una bola de tenis se estampa en su cara. Enfadado asoma su vista en dirección de la voz, dos personas al lado de un cañón apuntando a su balcón.

—Alcance a avisarte —Gritó un pitufo verde desde abajo.

—¡Cuando ya estaba en mi cara maldito idiota! —Regresó el grito lleno de furia.

—¡No seas llorón Kacchan! —Sorprendido se percató de que era Izuku—. Para tu consuelo, las pelotas tienen un botón que las abre y tienen un lindo mensaje dentro.

—¿Oh, en serio? —Preguntó fingiendo interés tomando la pelota, sonriendo malignamente explotandola ante la vista jade y ambar.

—Si la explotas no pasa nada Kacchan, tengo miles más para nuestra diversión —dijo sin importancia—. Vamos Denki, no te juntes con esta chusma.

—Chusma chusma.

Gruñendo como perro rabioso, notando que le había afectado gravemente haber sido un perro, bajó al primer piso de los dormitorios buscando a los responsables. Algunos de sus compañeros tenían puestos ya uniformes de jugadores de tenis con raquetas en mano listos para jugar.

—Bro, ¿Vas a jugar?

—¿Me ves cara de querer jugar o que?

—Tienes cara de querer explotar algo —Provocó con una sonrisa el pecoso—. Puedes explotar mis bolas tanto como quieras.

"¿Que mierda?"

Todos los demás estaban con la misma expresión de Katsuki, asombrados y descolocados por la broma del peliverde. Sin embargo, el explosivo no se podía permitir caer en un ataque de nervios frente a los demás, hoy no.

—Si es así, espero tus bolas estén a mi disposición cuando quiera Deku.

Con una sonrisa ladina y su voz más grave de lo que pretendía, la broma cargada de coqueteo intenso fue devuelta con éxito, haciendo que Izuku sufriera un sonrojo violento casi hasta ser gemelo de una fresa. Los presentes reían suavemente por el coqueteo sinvergüenza de los dos, algunos otros niegan con la cabeza y el resto siente que está interrumpiendo algo.

—Bakugo, ¿Sí o no? —Cuestionó finalmente el rubio eléctrico.

—Ya que no tengo nada más que hacer.

"El ensayo puede esperar"

—No se diga más, ¡El torneo de tenis acaba de comenzar!

Todos celebraron y en conjunto fueron a la cancha improvisada de tenis en el césped de la UA. A pesar de que hiciera un sol tremendo, la brisa ayudaba a aliviar el calor que generaba en sus cuerpos. Los chicos se estaban tomando el torneo en serio, demostrando habilidades increíbles e ingeniosas a base de sus dones, ya que el torneo permite el uso de los mismos. Comenzaron siendo 16, jugando dos contra dos y luego uno contra uno cuando fueron ocho, se encontraban en la semifinal siendo Katsuki, Izuku, Kaminari y Kirishima. Kirishima era genuinamente bueno para el tenis, puesto que también llego a practicar un poco de baseball, lo mismo sucede con Kaminari e Izuku. Katsuki aprendió gracias a los diferentes clases que sus padres le hacían ver en su tiempo libre.

Para sorpresa de muchos, Izuku fue capaz de vencer a Kirishima empatandolo uno a uno, para después ganar dos sets al mejor de tres. Al ser un estudiante de soporte técnico no esperaban que el chico resistiera tanto, al parecer es bueno en cardio y ágil para moverse con facilidad de una punta a otra. Katsuki invencible reinó sobre Denki, ganándole los dos sets de un solo sin oportunidad de empatar en el primero. La final es de Izuku contra Katsuki.

—No quiero nada de trampas, ¿Entendieron?

—Gogo, es imposible para mí hacer trampa —dice Izuku recordandole el hecho de que es un sin don.

—Intentaré no matar a nadie —Katsuki pasea su lengua, esperando la señal de saque.

Cuando suena el pito dando inicio al primer set, con la mayor fuerza del mundo dispuesto a ganar le pega a la pelota mandándola al lado opuesto con una velocidad increíble. Los espectadores no fueron capaz de ver el viaje de la pelota verde, más Izuku sí. Logra controlar la pelota en su raqueta devolviendola con el doble de fuerza, Katsuki sin esperarlo creyéndose victorioso de ese primer saque coloca su raqueta para recibirla pero el esfuerzo es en vano ya que la red es atravesada por la pelota, dejándolo confundido y sobre todo asustado.

—Cómo te quedó el ojo —Alardea el menor divertido guiñandole un ojo. Katsuki arde por dentro.

El ambiente se torno más competitivo de lo que ya era, pues entre los dos existe una rivalidad que solo ellos entienden. Del primer set Izuku se adueñó, del segundo set un perro rabioso no se dejó y así sucesivamente, hasta que el árbitro declaró que el torneo finalizaba con dos ganadores siendo un empate.

—¡Es imposible que un partido de tenis termine en empate! Exijo el desempate.

—Kacchan, ya son las siete de la noche y no hemos comido nada.

—¡No me importa carajo! Las reglas dicen claramente que solo puede haber un ganador y ese soy yo.

—Suenas como Iida —Recordó Ochaco en la banca de espectadores.

—Es mejor irnos a descansar Kacchan —Trató de convencer más no pudo.

—Me niego rotundamente, ¡Haz un desempate! ¿Me escuchaste árbitro culero?

—Ladre bien que no lo escucho —dijo Gogo desde arriba en su silla de árbitro, burlándose más de su padre.

Lo último que supieron de esa discusión fue que finalizó en una explosión digna de compararse a la de Hiroshima.

Este capítulo fue escrito desde una chispa en mi cabeza: "¿Y si le meten un pelotazo a Bakugo?" No sé, me pareció divertido y me reí muchísimo escribiendo esto

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Este capítulo fue escrito desde una chispa en mi cabeza: "¿Y si le meten un pelotazo a Bakugo?" No sé, me pareció divertido y me reí muchísimo escribiendo esto.

Les recuerdo que hay una encuesta , léanlo y su opinión es importante, no me dejen en flop 🦗.

Sin más que decir, Goodbye 👩‍🦯.

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