Fatídico
Un Omega caminaba por los pasillos con una elegancia natural, su cabello negro recogido en un chongo alto, del cual se escapaba un mechón rebelde que caía suavemente sobre su frente. Sus ojos, rasgados y filosos; brillaban con un hermoso color púrpura, como gemas preciosas que reflejaban la luz del atardecer.
Vestía un yukata de delicados tonos, que acentuaba su figura esbelta y le confería un aire de fragilidad y belleza. Cada movimiento suyo era una danza sutil, y el yukata se movía con él, como si fuera una extensión de su propia gracia.
Suguru, con su porte delicado y su mirada intensa, era una visión de elegancia y fortaleza, un contraste perfecto entre la suavidad de su apariencia y la firmeza de su espíritu. A su lado, una mujer que vestía con ropa tradicional y un semblante serio hacia resonar sus tacones por el lugar, sus cabellos largos y negros se movían con su andar, tenía unos hermosos ojos morados y una mirada filosa como si se tratase de un depredador.
Era viernes, dónde Suguru Geto tenía que reunirse con su prometido que dada la casualidad, casi nunca se encontraba. Soltó un suspiro cansado y bajó la cabeza cansado, esta rutina le aburría, podria apostar que en todo el clan Gojo se logró aprender los nombres de los discípulos y de la servidumbre solo para matar el tiempo mientras su madre platicaba animadamente con el señor Gojo, su prometido nunca se encontraba y cuando lograba estar casi siempre era incomodo y aburrido, solo bastaba 15 minutos para que el alfa se fuera de la sala a su habitación por estar "cansado", dejándolo en la completa soledad del lugar.
Llegaron a la gran sala y durante el camino era saludado cortésmente.
—Buen día Señora y Señorito Geto—Saludo un hombre de mediana edad inclinandose respetuosamente, Suguru imitó la acción.—El Joven Gojo no se encuentra, está en una misión.
Suguru solo asintió.
—Tome asiento señorito en un momento le traeremos bocadillos, señora puede acompañarme. El Señor Gojo la espera para el té.
Su madre siguió al beta y el tomó asiento en un cómodo sillón, de su túnica saco un libro y se dispuso a leer tranquilamente.
—¿Que lee, señorito?—Dice una voz femenina a sus espaldas, desprendía un olor muy exquisito de lirios.
—Como no morir de aburrimiento—dice desdenado sin inmutarse cuando la joven toma asiento a su lado.
—¿Y está funcionando?
—Un poco... ¿Que haces aquí Utahime?—Suguru cierra el libro y levanta el rostro para encontrarse con la mirada serena de la Omega.
—Eres mi anfitrión, tengo que acompañarte.
—Ni si quiera deberías atenderme—Responde tranquilamente.
Utahime Iori es una joven omega de 17 años, su belleza y su presencia es imponente. Tiene un cabello largo de color negro-púrpura que cae en cascada por su espalda, con algunos mechones atados detrás de su cabeza. Sus ojos marrones y su cicatriz distintiva en el lado derecho de su rostro le dan un aire de misterio y fortaleza.
Su vestimenta tradicional de miko, con un kosode blanco y un hakama rojo, resalta su elegancia y su conexión con las tradiciones japonesas. A pesar de su apariencia seria y reservada, Utahime tiene una personalidad amable y dedicada, especialmente con Suguru que lo ve como un hermano menor.
—Satoru salió hace días en una misión—La joven dijo mientras tomaba asiento y sostenía su tasa que había traído junto algunos bocadillos.
—Como siempre.

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𝐿𝑎𝑧𝑜//𝑆𝑎𝑡𝑜𝑆𝑢𝑔𝑢
FanfictionSuguru Geto, un Omega con una técnica de ritual única y poderosa, fue comprometido a la edad de 4 años con Satoru Gojo, el heredero del clan más poderoso y grande de Tokio. Esta unión forzada fue vista como una oportunidad para crear un arma formid...