Prácticas medicas .

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Capítulo 5

Habían pasado algunas semanas desde que Ethan comenzó a trabajar en la tienda de conveniencia y en el restaurante. Su vida se había estabilizado en una rutina agotadora, pero al mismo tiempo reconfortante, que le daba cierta seguridad en medio de su situación. Los días pasaban mientras aprendía más sobre la vida en Raccoon City y comenzaba a sentirse parte de la comunidad.

Durante ese tiempo, Ethan y Rebecca habían coincidido en varias ocasiones. A veces la veía en la tienda mientras ella hacía compras o se cruzaban en el edificio al final de sus jornadas. En otras ocasiones, lograban pasar tiempo juntos explorando pequeños cafés o tiendas locales, aunque ambos sabían que sus vidas eran distintas y no compartían mucho más allá de esos encuentros casuales.

Ethan, sin embargo, nunca podía desconectarse del todo de sus pensamientos sobre el futuro y lo que le aguardaba. En esos momentos en que la ciudad parecía tranquila y la gente vivía sus rutinas sin preocupaciones, él recordaba que su misión iba más allá de simplemente adaptarse. El peligro que se cernía sobre la ciudad, en forma de una corporación con intereses oscuros, era algo que no podía ignorar.

Tres años, pensaba cada vez que miraba el calendario. Umbrella no se detendrá, y cuando llegue el momento, todo cambiará.

Para Ethan, estos pensamientos lo motivaban a aprender cada vez más. Había invertido algo de su dinero en adquirir conocimientos básicos sobre defensa personal, buscando en libros y practicando cuando podía. Su siguiente paso sería encontrar alguna oportunidad de entrenar con armas, algo que hasta ahora solo había imaginado pero que sabía que sería esencial para su supervivencia.

Un día, al regresar de una de sus largas jornadas, Ethan notó a Rebecca esperándolo fuera de su apartamento. Ella tenía una expresión emocionada, como si estuviera a punto de compartir algo importante.

“¡Ethan!” lo llamó con una sonrisa. “Quería hablar contigo sobre algo. He pensado en inscribirme en un curso de primeros auxilios, y se me ocurrió que podríamos hacerlo juntos. No sé por qué, pero creo que sería útil para ambos,” sugirió, tratando de convencerlo.

Ethan la miró sorprendido, y luego asintió. Primero auxilios… sí, eso podría ser muy útil para el futuro. Aunque Rebecca no tenía idea de las razones detrás de su interés, para él era una excelente oportunidad de aprender algo que podría salvar vidas, incluso la propia.

“Me parece una gran idea,” respondió, ocultando su entusiasmo bajo una expresión calmada. “Cuenta conmigo.”

Los días avanzaron con esta nueva rutina, y Ethan aprovechó cada momento libre para prepararse, sabiendo que los tiempos de paz eran efímeros. Estaba construyendo una vida sencilla, sí, pero también trazando sus propios planes para enfrentar un destino que solo él conocía.

A medida que avanzaban las clases de primeros auxilios, Rebecca y Ethan empezaron a hacerse familiares en el grupo. La instructora, una mujer amable de mediana edad llamada Joanne, siempre lograba hacer que los participantes se sintieran cómodos. Con su enfoque práctico y consejos útiles, lograba que hasta las lecciones más complejas fueran claras.

Entre los otros asistentes, Ethan y Rebecca conocieron a varias personas con las que intercambiaron palabras amables y pequeñas charlas entre ejercicios. Uno de ellos era Mark, un bombero de voz profunda y risa contagiosa. Era alto, con el cabello oscuro y una musculatura que dejaba ver su experiencia en el campo. Siempre estaba dispuesto a ayudar a cualquiera con las técnicas, especialmente cuando alguien se trababa en alguna maniobra. Mark se convirtió rápidamente en una figura de referencia, y solía contar historias de situaciones donde sus conocimientos en primeros auxilios habían sido la diferencia entre la vida y la muerte. Su entusiasmo por ayudar inspiraba a los demás.

Viaje Multiversal Apocaliptico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora