"𝑵𝒐 𝒗𝒆𝒓 𝒎á𝒔 𝒂𝒍𝒍á"

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En la penumbra de su alma, el alfa se refugió en un castillo de tristeza, sus muros erigidos con ladrillos de dolor. El eco de su soledad resonaba en cada rincón, un lamento silencioso que ahogaba cualquier intento de amor.

La única luz que se atrevía a penetrar su oscuridad era la de un corazón que, con ternura infinita, intentaba alcanzar el suyo. Pero el miedo, como un guardián implacable, cerraba las puertas, temeroso de nuevas heridas.

Así, el alfa se convirtió en prisionero de su propio sufrimiento, incapaz de ver que la llave para su liberación estaba en el amor que rechazaba.

𝐿𝑎𝑧𝑜//𝑆𝑎𝑡𝑜𝑆𝑢𝑔𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora