VENOM EN EL ALMA | KOOKMIN

capítulo 03

Cuando Jungkook abrió los ojos, una punzada de dolor recorrió su cabeza, recordándole el golpe que se había dado al caer en la regadera. Se llevó una mano a la nuca, masajeando la zona adolorida mientras intentaba hacer memoria. Recordaba el baño, el espejo... y esa visión aterradora de un rostro monstruoso en lugar del suyo.

Incorporándose con esfuerzo, se apoyó en el borde del lavabo, odavía algo mareado. Inspiró profundamente, intentando calmarse. Quizá todo había sido un sueño extraño, un delirio causado por el agotamiento y el estrés de los últimos días. Pero al abrir la puerta del baño y mirar su departamento, cualquier esperanza de normalidad se desmoronó.

El lugar era un absoluto desastre.

Restos de comida estaban esparcidos por toda la sala y la cocina. Envases abiertos, trozos de carne cruda y otros alimentos medio devorados formaban una escena caótica y desordenada. Un tupper con sobras de pasta aplastado junto al sofá, una caja de pollo al horno volcada y un paquete de carne cruda a medio abrir sobre la mesa. Manchas de jugo de carne goteaban por la superficie y hasta el suelo, creando un rastro pegajoso que impregnaba el aire con un olor rancio y desagradable. Todo el lugar era un testimonio de una noche fuera de control.

Jungkook se llevó una mano a la boca, apenas logrando reprimir el impulso de vomitar. El recuerdo de haberlo devorado todo como si fuera un animal hambriento comenzaba a emerger en su mente, y con él, una sensación de horror indescriptible.

-¿Qué... qué hice? -murmuró con voz temblorosa, sintiendo que su cuerpo no le pertenecía. ¿De verdad había sido él quien había hecho esto? ¿Por qué no podía recordar los detalles?

Con el corazón acelerado, su mirada cayó sobre el reloj de la pared. Las agujas marcaban las 08:00 de la mañana. Su mente procesó la hora lentamente, y en cuanto lo entendió, un pánico helado se apoderó de él.

-¡No! ¡La Universidad! - jadeó, el miedo subiendo por su garganta. Debía llegar a las 8:30 para su clase de microbiologia, pero ahora era imposible o talves no. A eso se sumaba otro peso en su mente: Jimin. Había prometido llamarle esa mañana, pero ahora lo último que podía hacer era explicar qué había despertado en medio de semejante caos.

Con las manos temblando, buscó su teléfono. Lo sacó y lo desbloqueó, pero sus dedos dudaron al ver el contacto de Jimin en la pantalla. ¿Cómo podría explicarle esto? ¿Decirle que había despertado en una escena que parecía salida de una pesadilla y que algo inexplicable parecía haber tomado control de él? ¿Que había una oscuridad en su mente que no entendía?

El miedo a lo que le estaba ocurriendo y la sensación de vergüenza por no saber cómo explicarlo lo abrumaron. Con un temblor en sus manos, dejó caer el teléfono sobre la mesa, incapaz de marcar el número.

Miró su departamento una vez más, sintiendo que algo dentro de él se desmoronaba. Necesitaba recomponerse, actuar como si todo fuera normal. Como si aún fuera él mismo. Pero en lo más profundo de su ser, sabía que algo había cambiado. Algo oscuro y peligroso que lo acechaba desde las sombras de su propia mente.

El caos a su alrededor era solo el inicio.

[...]

Jungkook se quedó un momento en medio de la sala, observando el desastre y tratando de calmarse. Sabía que no tenía tiempo para cuestionarse nada, así que se forzó a respirar hondo y despejar su mente.

-Solo vístete, respira y actúa como si todo fuera normal- se dijo, intentando convencerse. Guardó el teléfono en su bolsillo y se dirigió a su cuarto, ignorando el caos a su alrededor.

Entró al baño, lavándose la cara y cepillándose los dientes con movimientos rápidos, casi desesperados. Evitó mirar demasiado en el espejo, temiendo que la imagen de esa monstruosidad volviera. Luego, se cambió con lo primero que encontró: jeans oscuros, una camiseta gris y una chaqueta que colgaba de su silla. Se arregló el cabello sin cuidado, y tras asegurarse de llevar su mochila con el cuaderno y el libro de microbiologia, salió de su departamento.