Nueve: erecciones y más cuerpos desnudos

5 2 1
                                    

Isaac

—Asi que... —empieza Aaron— tienes una cita.

Alza sus cejas de manera sugerente y me apresuro a negar con la cabeza.

Claramente no es una cita, es solo una salida de conocidos que están en proceso de ser amigos.

Pero maldita sea, eso de ayer no fue de amigos, y no se ella, pero yo me sentí algo acelerado. No sé si algunos lo verían mal, pero sinceramente no me interesa. Yo estoy bien, estoy listo para, si se presenta la situación, dar el paso. No estoy diciendo que vaya a ir tirándome a cuánta persona se aparezca en mi camino, pero tampoco voy a limitarme si surge. Sinceramente, ahora mismo la única opinión que me interesa es la mia. Y si yo me siento listo, la opinión de los demás me la paso por la polla.

—No es una cita, Aaron. Es un almuerzo de vecinos —contradigo.

—Claro, claro. Ahora siéntate que te voy a mostrar algo —palmea un lado del sofá y me siento junto a él mientras lo veo sosteniendo la guitarra.

—¿Que es? —curioseo.

—Calla y escucha. Quizás esto sacie tu curiosidad.

Bueno, ahora sí que me interesa más.

Se coloca la guitarra y empieza a tocar una melodía suave acompañada de su bonita voz.


«Y siempre me tocó admirarte desde lejos, pensando en ese nosotros que pudimos tener

Y no sabes cómo duele ver qué vas vienes y no te defiendes conmigo no te quedás.

¿Decir y sufrir o callar y avanzar? Parecía una decisión complicada de tomar, pero solo tenía una opción y muchas razones que no te puedo dar.

Oh, oh, mírame, estoy aquí, fíjate en mi.

Por favor, mírame, de mi, enamórate. Y por favor, estoy aquí, otra vez, no la mires a ella y mírame a mi.

Por favor, besame a mi»

Cuando termina, estoy bastante asombrado porque esa es la canción que leí hace un tiempo, pero no imaginé que fuera así. Joder, se forma un nudo en mi garganta y trago para poder pasarlo. Imagínar lo mucho que le debe haber dolido a Aaron esa situación es... Joder, no se cómo explicar lo mucho que me afecta incluso cuando no es conmigo.

—Mierda... No tengo palabras. Simplemente es... Wow —sonrio en medio de mi asombro y el enrojece un poco.

—¿Te ha gustado? —indaga con timidez.

—Es increíble, Aaron. Enserio me gusta mucho —me sincero.

Su sonrisa crece y me encuentro sonriendo también mientras lo observo. Su alegría siempre ha sido contagiosa, esa es una de las mejores cosas que tiene Aaron. Sabe cómo hacerte sentir mejor y contagiar su alegría.

—Gracias, gruñón —dice y finjo indignación ante el apodo.

—¿Gruñón yo? ¡Pero si soy un amor!

—Claro, claro y yo soy transexual —rueda sus ojos y deja la guitarra a su lado— ahora cuéntame, porque intuyo que tienes algo que contar.

—¿Cómo sabes?

—Porque has estado inquieto, y eso solo pasa cuando has hecho algo malo o cuando tienes algo que contar —señala y yo alzo mis cejas porque es verdad.

—¿Que tanto me observas? Acosador —bromeo y el se tensa casi de manera imperceptible.

Es algo que aún me intriga porque el tiende a tensarse cuando hago ese tipo de insinuaciones y cuando le pregunto por qué pasa, esquiva el tema mágicamente.

—Son muchos años —se limita a responder—, ahora cuenta.

—¿Crees que esté mal sentirme... Con muchas ganas de ver alguien? —no se exactamente como definir lo que siento, pero creo que esa es la mejor elección de palabras.

—¿Que es lo que crees tu? —se acomoda sus lentes y me mira atentamente.

—Me dije a mi mismo que me sentía listo para no dejar ir ninguna oportunidad que se me presentara y realmente lo siento, pero a veces siento como si estuviera haciendo algo malo —dejo caer mi cabeza en el respaldo del sofá y miro el techo.

—Lo importante aquí es como te sientas tú. No estás haciendo nada malo, Isaac.

—¿Crees que ella...? —no termino de formular la pregunta porque él sabe cómo acaba.

—Ella quería justo esto, que siguieras viviendo. Tu la conocías incluso mejor que yo, así que debes saberlo. No debes sentir culpa de sentir algo por alguien, ambos sabían que esto pasaría.

Asiento porque tiene razón: ella y yo sabíamos que está situación llegaría y no debía tener culpa de sentir algo.

Aunque a ver, no es que ahora yo sienta algo por alguien, es solo que necesitaba hablar de esto con alguien que me comprendiera, y Aaron mejor que nadie lo hace.

—No dejaré de extrañarla, pero eso... Eso no puede detenerme —aseguro en voz baja pero se que él me escucha.

***

Bueno, tengo un problema: Snow nunca me dijo dónde almorzariamos.
Así que esa es la razón por la que estoy frente a su puerta tocando al timbre.

Esta se abre y no si esa es Snow o su hermana desmayada.

—¿Eres...? —pregunto intentando buscar algo que las diferencie.

No tardo mucho en encontrar ese algo: Ster lleva el pelo larguísimo, casi por su cintura y este es completamente lacio.

—Ster —termina ella por mí.

—Esa soy yo. ¿Buscabas algo? ¿Sal, azúcar, condones? —pregunta y pestañeo viéndola.

—Gracias, tengo de todas. Solo venía a preguntar si Snow estaba aquí.

—Si, si. Está adentro... —hace una pausa y me mira entrecerrando los ojos— ¿Tu eres Isaac?

Asiento en respuesta y ella alza sus cejas con sorpresa.

—Sorprendente —concluye y me invita a pasar— ella se está duchando, ¿quieres algo de beber?

Niego y nos quedamos en silencio en medio del salón.

Se escucha el sonido de una puerta abrirse y... Mierda no tenía que haber mirado.

—Ster, ¿dónde tienes ese vestido rosado que...? Oh, mierda, joder.

Esa es Snow.

Desnuda.

Con solo una toalla cubriendo su cuerpo y mal, porque alcanzo a ver uno de sus pechos.

Ella se apresura a desaparecer por el pasillo dejándome en un silencio tenso con su hermana. Genial.

—Tienes una erección —es ella quien rompe el silencio y la miro incrédulo.

Eso, en contra de mi voluntad, es cierto. A ver acabo de verle un pecho a una chica que iba desnuda, y no soy de palo. Afectarme, me afectó. La dolorosa erección que tengo lo confirma.

—¿Yo? Claro que no —finjo inocencia y sus ojos azules como los de Snow me miran como si me analizaran.

Unos pasos me hacen girar la cabeza y esa es Snow entrando al salón y lamo mis labios inconscientemente al verla y siento una rara necesidad de escribir sobre ella. Aunque esa necesidad surgió hace unos segundos al verla semidesnuda. Incluso algunas palabras aparecieron en mi mente.

Lleva un pantalón negro que se ajusta demasiado bien a sus piernas junto a una blusa de mangas largas color verde oscuro y unas botas color negro.

Mierda.

Se ve muy bien.

Trago en seco inconscientemente.

Este será un almuerzo interesante, lo presiento.

¿Será un almuerzo interesante?







Las Palabras De Snow [Inspiración 1] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora