Eventualmente me Convertiré en un Héroe de la Justicia 2

Capítulo 201

Capítulo 201

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original DaoistOneTouch, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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La expresión del rey Leodegrance se volvió seria cuando preguntó: "Ginebra, cuéntame más sobre ello".

A pesar de su renuencia a admitirlo, el rey Leodegrance sabía que su hija poseia una inteligencia excepcional. Desde el momento en que nació, un hada la había bendecido y profetizado que estaba destinada a la grandeza como persona sabia y noble. Como resultado, el rey Leodegrance había estado atento durante mucho tiempo a las opiniones de su hija.

Naturalmente, el rey Leodegrance guardó este incidente para sí, particularmente para sus hijos, por temor a que pudieran ver a Ginebra como una amenaza.

Lamentablemente, a pesar de su intelecto, Ginebra también era amable y tímida, y rara vez expresaba sus opiniones. Pero ahora, con su astuta observación, el rey Leodegrance se dio cuenta de que su hija había notado algo que él había pasado por alto.

Ginebra dudó un momento. A lo largo de su infancia y su adultez, había observado muchas cosas que los demás no podían comprender. Sin embargo, se guardó sus pensamientos para sí misma, temerosa de que la etiquetaran de rara. Pero ahora, la situación era demasiado peligrosa para que permaneciera en silencio.

Haciendo una mueca, reunió coraje y habló lentamente: "Padre, ¿cuál es tu plan una vez que llegues a un acuerdo con el Rey Arturo? ¿Cuál era tu intención original?"

El rey Leodegrance respondió sin dudarlo: "Reclutaré soldados y compraré caballos. Como dijo el rey Arturo, puedo comprarle grano con pieles de animales y armas. Usaré este grano para alimentar a mi ejército y fortalecer nuestras fuerzas".

Ella preguntó: "Pero si estamos invirtiendo todos nuestros recursos en soldados y caballos, ¿quién va a trabajar los campos?"

Respondió con seguridad: "Arthur ha prometido que podemos intercambiar pieles y armas por grano. Eso debería bastar para alimentar a nuestra gente".

No satisfecha, insistió un poco más: "¿Y si Arthur no cumple con su palabra? ¿Y si comercia con nosotros durante un par de años, llenando su armería y almacenes con nuestras cosas, y luego decide que es más beneficioso luchar contra nosotros en lugar de comerciar? ¿Qué haremos entonces?"

Él ignoró sus preocupaciones y dijo: "El ejército de Arturo sólo tiene 500 soldados y ni siquiera están bien equipados. Podríamos derrotarlos fácilmente".

Pero Ginebra no había terminado: "A pesar del frío actual, tiene una gran cantidad de grano que podría intercambiar por armaduras y armas. ¿Por qué sus soldados siguen estando tan mal equipados?"

El rey Leodegrance hizo una pausa y se tomó un momento para considerar su pregunta.

Ella le instó: "Tenemos que resolver esto pronto. Si no lo hacemos, podríamos ser el único reino que quede en Gran Bretaña en unos años".

"Bueno..."

Aunque el rey Leodegrance todavía no estaba seguro de la situación, se dio cuenta de que debía tomar en serio las palabras de su hija. Se puso en contacto con otros reyes y compartió las preocupaciones de Ginebra. Desafortunadamente, en lugar de que lo tomaran en serio, los otros reyes lo ridiculizaron.

Los otros reyes se burlaron de él, diciendo: "¿Cómo pudiste confiar en las palabras de una simple mujer? Rey Leodegrance, ¡quizás te has vuelto demasiado viejo!"