Eventualmente me Convertiré en un Héroe de la Justicia 2

Capítulo 204

Capítulo 204

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original DaoistOneTouch, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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Shirou presentó a la delicada Ginebra a los caballeros, y ellos quedaron sorprendidos por su sorprendente parecido con el rey, particularmente porque era una princesa.

A pesar de su condición real, Ginebra parecía increíblemente frágil y uno casi podia imaginarla estallando en lágrimas si alguien la miraba demasiado tiempo. Esta vulnerabilidad hizo que los caballeros sintieran que la protegían.

Shirou le confió Ginebra a Artoria, y en el momento en que ella quedó bajo el estandarte de Artoria, las lágrimas corrieron por su rostro mientras se aferraba a la mano de Artoria.

A pesar de que se había dicho a sí misma que no debía intentar adivinar los pensamientos del rey y fingir ignorancia, la inteligencia de Ginebra le permitió discernir algunas de sus intenciones. Sin embargo, sabiendo el peligro que la aguardaba, optó por permanecer en silencio.

El mero hecho de intentar adivinar los pensamientos del rey podía dar como resultado la ejecución de Ginebra, con su cabeza expuesta a la vista de todos. La idea era suficiente para provocarle escalofríos en la columna vertebral y dejarla temblando de miedo.

Al firmar el contrato, se comprometió firmemente a servir a Artoria por el resto de su vida. Comprendió que su seguridad dependía de mantener un fuerte vínculo con Artoria y de aferrarse a ella con fuerza, tanto en sentido figurado como literal. Por lo tanto, se aferró con fuerza al muslo de Artoria, mientras se recordaba a sí misma que debía permanecer callada y no decir nada que pudiera poner en peligro su precaria posición.

Artoria acogió con agrado la cercanía de Ginebra, pues tenía una inclinación natural a proteger a los débiles. Si bien el plan de Ginebra parecía ser eficaz, fingir ignorancia resultó ser un desafío, ya que un tirano ya había notado su inteligencia y la había puesto en la mira.

Por ejemplo, ahora...

Shirou hizo un gesto hacia el documento económico que había elaborado minuciosamente a expensas de su tiempo ya limitado, con los ojos fijos en Guinevere con una mirada intensa, "¿Quieres decir que no puedes entender nada de esto?"

Ella asintió tímidamente, el miedo palpable en su expresión.

Él la agarró del pelo y la atrajo hacia sí.

"Ay, ay, ay, ay..." tenía lágrimas en los ojos.

Su expresión permaneció severa mientras hablaba: "Termina la lectura de hoy y la tarea que te he asignado. Si no cumple con mis estándares, no comerás hoy".

"Pero pero..."

Produjo un tintineo metálico al golpear la vaina de su espada con el dedo: "No tengo gente inútil".

A pesar de la incomodidad que le causaba el agarre de su cabello, Ginebra se concentró en la tarea que tenía entre manos y estudió la tarea. Después de responder a sus preguntas lo mejor que pudo, le entregó su trabajo con una expresión temerosa.

Tomó la hoja de respuestas de Ginebra y finalmente le soltó el cabello. "Es suficiente por hoy. Repasaré tus respuestas mañana. Puedes irte ahora".

Dejó escapar un profundo suspiro y sintió que una sensación de alivio la invadía. Contuvo las lágrimas mientras salía apresuradamente del palacio, agradecida de haber escapado de la atmósfera tensa y opresiva.

...

Shirou dejó escapar un suspiro de cansancio mientras se acomodaba de nuevo en su trono y reanudaba la lectura de los documentos que tenía ante sí. A pesar de haber pasado dos años entrenando a innumerables personas sobre cómo gestionar diversos asuntos, parecía que surgían nuevos problemas constantemente, sin que se vislumbrara una solución.