Eventualmente me Convertiré en un Héroe de la Justicia 2

Capítulo 246

Capítulo 246

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original DaoistOneTouch, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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Habían pasado más de diez días y, aunque Shirou aún tenía sus preocupaciones, sabía que debía seguir con su rutina diaria y afrontar las cosas como vinieran. El futuro era incierto y debía dejarlo en manos del destino.

Sin embargo, a pesar de sus mejores esfuerzos por centrarse en el presente, Shirou se sentía confundido sobre qué lado debía tomar, suponiendo que alguna vez fuera necesario tomar una decisión así. Era irónico que, después de superar tantos obstáculos, ahora temiera por un posible futuro.

Sin embargo, él era un rey firmemente arraigado en la realidad. Se obligó a sí mismo a desechar esos pensamientos ansiosos y se mantuvo ocupado con su trabajo. Lo que tuviera que suceder, sucedería, y él se ocuparía de ello cuando viniera. Solo podía dejar el futuro a su yo futuro.

Shirou también le había hecho una promesa a alguien que se comportaba como un gato. Sabía que si no la cumplía, esa persona con apariencia felina probablemente se pondria furiosa y lo destrozaría. De hecho, ese gato estaba hirviendo de ira en ese momento.

"¡Rompiendo la cita! ¡Rompiendo la cita, rompiendo la cita..!", murmuró enfadada. "¡Estoy tan enfadada que lo mataré!"

Debajo de un árbol imponente, Arcueid sostenía una caja que había elaborado con mucho esmero, junto con las piezas de Go blancas y negras que había fabricado cuidadosamente una por una. Estampó sus pies, dejando al descubierto sus colmillos en señal de frustración y enojo.

Ese hombre le había prometido enseñarle Go, pero la había dejado esperando durante casi una mañana entera. Ella estaba más que enojada; quería destrozarlo y aplastarlo hasta convertirlo en pulpa.

La ira de Arcueid era tan palpable que cualquiera que la veía no podía evitar mantenerse alejado de ella.

En ese momento llegó el hombre.

"Lo siento, estos días mi mente ha estado confusa", se disculpó Shirou.

"¡Llevo toda una mañana esperando aquí! ¡Toda la mañana!", espetó, visiblemente todavía molesta.

"Te enseñaré a Go ahora", ofreció.

"Está bien", respondió ella, y su comportamiento cambió repentinamente de la ira a la felicidad mientras abría ansiosamente la caja.

Ella era como un gato, rápida para enojarse y rápida para perdonar.

"¿Cómo se juega a esto? La útima vez te vi a ti y a un niño pequeño jugando al Go junto a un tipo que parecía un hongo verde en el templo, pero no pude ver bien".

"¿Estás hablando del Iluminado?"

Ella asintió, con expresión aprensiva. "Ese tipo... ¡es tan irritante! Pero parece que nunca puedo vencerlo".

"No tienes por qué prestarle atención. No le importas, lo reconozcas o no. Trátalo como si fuera aire", le aseguró mientras tomaba una ficha de Go. "Vamos, déjame enseñarte las reglas del juego."

"¡Está bien!", asintió ella con entusiasmo.

Mientras Shirou le enseñaba a Arcueid a jugar al Go, jugaban juntos bajo la sombra de un gran árbol. El sol de la tarde se filtraba a través de las hojas, proyectando sombras moteadas en el suelo y creando una atmósfera relajada.

De repente, Arcueid preguntó: "Shirou, ¿no dijiste que planeabas regresar después de unificar esta isla?"

"No puedo regresar todavía. Tal vez tenga que quedarme aquí unos años más. ¿Y tú? ¿Te gustaría regresar? Si es así, puedo preguntarle a Merlín si hay alguna manera de que puedas regresar", ofreció Shirou.