Eventualmente me Convertiré en un Héroe de la Justicia 2

Capítulo 240

Capítulo 240

Está es una traduccion sacada de Webnovel, todos los derechos reservados a su autor original DaoistOneTouch, si ahí algún error en la traducción háganmelo saber y trataré de corregirlo.
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La lanza sagrada Rhongomyniad reconoció a Shirou como el legítimo señor de la Isla, señalando el final de la larga batalla con el pasado.

Pero Shirou no podía aceptar este honor solo: sería una traición a todos los guerreros que habían sacrificado sus vidas por esta causa.

No fue solo él. Fueron ellos.

Juntos, habían frustrado el contraataque final de la era pasada.

Sin embargo, el asunto estaba lejos de terminar. Aunque los líderes habían perecido, las bestias aún vagaban por la tierra. Dicho esto, con la muerte del Dragón Blanco, las bestias mágicas ya no podían causar estragos como lo habían hecho antes.

Tras la exitosa alianza de los reyes, los grupos de bestias que alguna vez proliferaron desaparecieron en tan solo tres meses.

Privadas de las calificaciones para entrar al Lado Revés del Mundo, y rechazadas por el mundo de la superficie, las criaturas no tenían un lugar al que llamar suyo.

La destrucción era el único destino que les esperaba.

Esta fue una guerra de razas: una batalla brutal por la supervivencia.

Abstenerse de la batalla era admitir la derrota y abrazar una muerte segura.

Shirou no tenía lugar para la piedad, ni tampoco tenía derecho a ofrecerla. En cambio, estaba lleno de un profundo sentimiento de gratitud hacia los antepasados y ancestros que habían forjado un camino de la nada.

Ahora, los héroes caídos que dieron sus vidas por esta tierra se convertirían en los venerados antepasados de las generaciones futuras.

Tal vez las generaciones futuras no recordarían sus nombres, o tal vez adorarían a dioses inútiles en su lugar. Sin embargo, era innegable que las bases del futuro de la humanidad se habían forjado con el esfuerzo, el sudor y la sangre de quienes nos precedieron.

Pero la guerra estaba lejos de terminar.

Aunque las sombras del pasado habían sido vencidas, la lucha con el futuro apenas había comenzado.

Para ganarse un lugar en el futuro es necesario avanzar hacia el continente europeo, para convertirse en parte de los pocos elegidos que pueden reclamar ese futuro para sí mismos.

Ésta sería la batalla definitiva: la lucha final por la supervivencia.

Tras sofocar el contraataque final de la era pasada, la recién ascendente raza humana se enfrentó a un formidable enemigo, incluso antes de haber crecido lo suficientemente fuerte como para alcanzar las estrellas.

Esta amenaza externa provenía de más allá de su planeta, conocido como el Rey de la Luna.

Ahora, el destino de la humanidad descansaba sobre los hombros de Shirou, el rey que había puesto fin a la Era de los Dioses.

En efecto.

Con la Espada Sagrada y la Lanza Sagrada ahora en su posesión, el rey había puesto su mirada en la cabeza de la Luna Carmesí.

Pero primero, sabía que necesitaba consolidar su propio reino.

Camelot había pasado medio año en recuperación, enviando trabajadores para limpiar las ruinas y sentar las bases para una larga y ardua reconstrucción.