Cap 16

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Aurélie

"El amor hace que las personas hagan cosas muy locas"

"El amor hace que las personas hagan cosas muy locas"

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El viaje fue aburrido, demasiado para mi gusto. Audrey pasó todo el tiempo en una llamada con Chad, mientras mis padres discutían detalles del viaje. Yo simplemente miraba por la ventana, contando los minutos para que llegáramos. De seguro ellos volverán a irse pronto.

—Olymp es un lugar hermoso —dijo mi padre, sacándome de mis pensamientos—. Estoy seguro de que te agradará estar allí.

—¿Quién sabe? Quizá terminemos trasladándolas de Auradon a Olymp —añadió mi madre, mirándonos primero a Audrey y luego a mí.

—No, gracias, mamá. Estoy bien en Auradon —respondió Audrey, negando rápidamente.

No dije nada. Me quedé callada, observando cómo el paisaje cambiaba a medida que nos acercábamos a nuestro destino.

Cuando llegamos a Olymp, me quedé sin palabras. El lugar era más hermoso de lo que había imaginado. Las montañas rodeaban la región, sus cumbres bañadas de nieve, mientras que los campos floridos brillaban bajo el sol. Los templos de mármol resplandecían como si estuvieran vivos, y el aire fresco tenía una calidad casi mágica.

En la entrada, dos figuras nos esperaban. Una de ellas era una mujer de cabello rosado que caía en ondas hasta su cintura, reflejando la luz del sol con un brillo suave. Vestía una túnica color marfil con detalles dorados, y su porte irradiaba autoridad y calidez a partes iguales.

—Bienvenidos a Olymp —saludó con una sonrisa que parecía iluminar el lugar—. Soy Perséfone, la directora de este lugar.

Mi padre le devolvió la sonrisa y estrechó su mano con familiaridad.

—Es un gusto verte de nuevo, Perséfone. Hace mucho que no nos veíamos

—El placer es mío —respondió ella, antes de volverse hacia nosotras—. Supongo que estas son tus hijas.

A su lado estaba una chica de cabello igualmente rosado, aunque más corto y rebelde. Sus ojos grises eran intensos, y su postura relajada contrastaba con la elegancia de su madre.

—Ella es mi hija, Melinoe —dijo Perséfone, presentándola con un gesto amable.

Melinoe asintió ligeramente, mostrando una media sonrisa.

—Espero que disfruten su estadía aquí —dijo, con una voz suave pero segura.

Mientras mis padres continuaban conversando con Perséfone, observé el lugar una vez más. Había algo en Olymp que me hacía sentir diferente, como si cada rincón del lugar estuviera impregnado de magia. Audrey también parecía impresionada, aunque intentara disimularlo.

Olymp no era solo un lugar hermoso; era extraordinario.

—Si gustan, Melinoe puede darles un recorrido por el lugar —propuso Perséfone, con una sonrisa amable mientras nos observaba.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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