La Casa de las Historias de Terror.

Capitulo 38: Asus, el caballero errante.

La Leyenda de Asus, el Caballero Errante

En los oscuros y antiguos bosques de Taiga, los aldeanos susurran historias de un ser conocido como Asus, una figura envuelta en misterio. Se dice que este ser era, en sus orígenes, un caballero noble, un hombre que una vez defendió su tierra con honor. Pero tras una traición que llevó su vida a un trágico final, su espíritu no encontró descanso y fue transformado en un vigilante de los bosques. Su presencia impone justicia en las sombras, deteniendo todo conflicto antes de que se convierta en una amenaza para el entorno.

Asus tiene una apariencia imponente y viril, similar a un mosquetero. Porta una espada legendaria, brillante y afilada, capaz de cortar no solo el acero, sino también la voluntad de aquellos que insisten en sembrar discordia y maldad. Este caballero errante es un símbolo de equilibrio y paz en su territorio. A quienes encuentran la redención, él los perdona, pero a quienes persisten en sus malas acciones, los castiga severamente. Sin embargo, si alguien no abandona el conflicto pese a sus advertencias, Asus actúa con su espada como último recurso, sin dejarles oportunidad de regresar.

Asus ha hecho pocos amigos, y uno de ellos es la Sombra del Castillo, otro espíritu vigilante, conocido por castigar también a los corruptos y malvados. También se ha encontrado con figuras como el Guardián del Lago y el Guardián de los Puntos Coloridos, todos seres míticos que buscan proteger la armonía y la justicia en Taiga.

La Historia de Carlos

Cuentan que en el pueblo cercano, un hombre llamado Carlos, conocido por su violencia y crueldad, se adentró en el bosque tras una disputa en la aldea. Los aldeanos, temerosos, lo vieron partir sin saber que sería su último viaje. Carlos ignoraba las historias de Asus y los rumores sobre su justicia implacable.

Esa noche, el bosque parecía tener ojos que lo observaban. Entre las sombras, Asus apareció sin hacer ruido, interponiéndose en su camino. La mirada de Asus, intensa y enigmática, se fijó en Carlos, transmitiéndole un mensaje sin palabras. Al principio, Carlos intentó enfrentarlo, pero la fuerza de su mirada era tal que las piernas de Carlos comenzaron a temblar. Sin embargo, Asus no desenvainó su espada. Su juicio ya estaba claro.

A la mañana siguiente, los aldeanos encontraron el sombrío rastro de Carlos, pero no hallaron su cuerpo. Solo una nota descansaba entre las hojas, escrita en un lenguaje antiguo, que decía: "El mal no tiene cabida en estos bosques."

Desde entonces, el pueblo respeta el bosque, y el nombre de Asus se menciona en silencio. Nadie se atreve a desafiar su justicia.