Era un fin de semana cuando cuatro amigos—Francisco Juan, Daniela, Luis, y Pedro—decidieron adentrarse en una cueva cercana al pueblo. Habían oído rumores de que el lugar estaba maldito, pero los jóvenes pensaban que eran simples leyendas. Con linternas en mano y risas nerviosas, se adentraron en la oscuridad.
Con cada paso, el aire se hacía más denso y el silencio más pesado. La cueva, al principio amplia y sencilla, se transformaba en un laberinto de túneles y cámaras. Las paredes estaban llenas de marcas extrañas, como si unas garras afiladas las hubieran arañado. Los chicos bromeaban y reían para disimular el miedo, pero Francisco Juan no podía ignorar una inquietud creciente. Algo en ese lugar no estaba bien.
De repente, un sonido extraño resonó en las profundidades: un gruñido bajo y gutural que no parecía pertenecer a ningún animal conocido. Se detuvieron, intercambiando miradas nerviosas, cuando algo se movió entre las sombras.
"¿Qué fue eso?" preguntó Pedro, tratando de mantener la calma.
Pero nadie respondió. En la penumbra, una figura pequeña pero robusta apareció. Tenía ojos grandes y rojos, fijos en ellos, y un pelaje sucio y gris que se mezclaba con la oscuridad. Era un koala, pero no cualquier koala; era Lodirt, la criatura que las leyendas describían como una especie de guardián macabro de la cueva.
Antes de que pudieran reaccionar, Lodirt se lanzó hacia ellos, moviéndose con una rapidez inesperada. Daniela gritó cuando la criatura se abalanzó sobre ella, y Francisco Juan y los otros tres salieron corriendo en direcciones opuestas. El sonido de Lodirt persiguiendo a sus amigos se mezclaba con los ecos de los gritos en la cueva.
Francisco Juan corrió sin mirar atrás, el pánico dándole fuerza. Escuchaba los gritos y los jadeos de sus amigos hasta que, de repente, todo quedó en silencio. Sin aliento, se detuvo y miró a su alrededor, pero solo veía sombras. Supo que estaba solo.
Siguiendo el único rastro de luz, Francisco Juan logró salir de la cueva justo antes del amanecer. Exhausto y aterrado, fue encontrado por unos excursionistas que escucharon su relato, pero pocos le creyeron. Sin embargo, la entrada a la cueva fue cerrada, y las leyendas de Lodirt se volvieron aún más oscuras.
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La Casa de las Historias de Terror.
Paranormalson muchas historias de terror en un solo libro, pero puede haber historias que se conecten. Pero recomiendo leer como lo he puesto