La conversación quedó suspendida en el aire, como una carga que ninguno de los dos parecía capaz de resolver. Max no respondía las preguntas de Checo, y el silencio solo intensificaba la incomodidad entre ellos. A pesar de su necesidad de respuestas, Checo sintió que no había forma de llegar a Max; cada vez que intentaba abrir la puerta a una conversación honesta, él se cerraba o esquivaba con actitudes frías y calculadoras.
Pero esa noche, cuando Checo pensaba que todo había terminado en el vacío del silencio, Max hizo algo inesperado. Sin decir una palabra, se acercó, sus ojos fijos en él con una intensidad peligrosa y un brillo oscuro que Checo no supo cómo interpretar. Antes de que pudiera reaccionar o siquiera preguntar qué estaba sucediendo, Max lo tomó del brazo, con firmeza pero sin llegar a ser violento, y lo arrastró hacía sí.
Checo se quedo inmovil, el corazon palpitando con fuerza mientras Max inclinaba su rostro hacia su cuello. Sintió el aliento cálido de Max contra su piel y, en un movimiento que lo dejó completamente atónito, Max comenzó a dejar marcas en su cuello. Primero una mordida, rápida y profunda, luego un chupetón que dejó una sensación de ardor. Checo se tensó, sus manos intentando aferrarse a cualquier cosa para estabilizarse mientras el dolor mezclado con la sensación de vulnerabilidad lo invadía. Sabía que esas marcas eran intencionadas, no simples gestos de afecto. Max estaba reclamando su territorio, dejando evidencia de su control sobre él de una forma que lo dejaba temblando.
Cada marca era un recordatorio de la posesión que Max pretendia imponer, un silencio amargo en lugar de respuestas. El dolor se mezclaba con la confusión, y cada nueva mordida solo aumentaba su desconcierto y su miedo. Max lo sostenía con firmeza, como si cada chupetón, cada rastro que dejaba en su piel fuera una declaración de su pertenencia.
Finalmente, Max se alejó, observando su obra con una satisfacción oscura, como si hubiera resuelto la conversación sin necesidad de palabras. Checo, pálido y temblando, sintió cómo el peso de la situación se volvía insoportable. No era solo el dolor fisico, sino la ausencia total de respuestas lo que lo desmoronaba.
Max se quedó mirándolo, con una expresión enigmática. Y entonces, como si esa fuera toda la explicación que necesitara, pronunció unas palabras que resonaron en Checo con la misma intensidad que las marcas que había dejado.
-Espero que esto haya respondido tus preguntas.
No hubo más. Max se giró y salió de la habitación, dejando a Checo solo, con el cuello ardiendo y el corazón hecho un caos. La respuesta de Max no había calmado sus dudas, sino que las había multiplicado. Aquel acto posesivo, la forma en que lo había marcado, solo confirmaba que Max veía en él algo suyo, una pertenencia que debía controlar. Pero eso no le daba ninguna certeza sobre los sentimientos reales de Max. ¿Era eso amor, control o simplemente otra faceta de la relación de conveniencia en la que estaban atrapados?
Checo se quedó en silencio, sintiendo el peso de las marcas en su cuello como un símbolo de su relación confusa y dolorosa. No sabía cómo salir de esa situación, cómo escapar de los pensamientos que lo atormentaban.
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matrimonio por conveniencia (chestappen)
Fanfictionambos se ven enredados en un acuerdo organizado por sus padres dónde implica un matrimonio probablemente muy caótico