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Las risas y el bullicio del lugar se filtraban a lo lejos, amortiguadas por la puerta cerrada, pero el pasillo donde estaban parecía una burbuja suspendida en el tiempo. Seungmin que también estaba en el bar miro su reloj y luego a Minho, la curiosidad dibujada en cada línea de su rostro.

-¿Cuánto tiempo lleva en el baño? -susurró Seungmin, su voz apenas contenía el la preocupación que empezaba a colarse en cada palabra.

Minho apretó la mandíbula, su mirada fija en ese pasillo, como si pudiera atravesarla con los ojos y ver lo que ocurría al otro lado. El silencio tras las paredes era un monstruo que crecía con cada segundo.

-Demasiado tiempo -respondió, su voz tensa y con algo de intriga. -Vamos, de por sí ya se portaba raro cuando llegamos.-

Sin más dudas, avanzó hacia la puerta y golpeó suavemente al principio, luego más fuerte, desesperado.

-¡Hyunjin! ¿Estás bien?

Nada. El silencio era ensordecedor, el eco de su propia voz regresándole como un recordatorio de que algo estaba mal, terriblemente mal. Se giró hacia Minho, cuyos ojos reflejaban la misma mezcla de temor y urgencia. Cuando Seungmin asintió, Minho giró la perilla y empujó la puerta con fuerza.

El escenario que se desplegó ante ellos parecía arrancado de una película de terror. La luz fría del baño iluminaba un rastros de sangre en el suelo y cerca del inodoro, un alfa yacía inconsciente con el rostro tan destrozado que resultaba irreconocible, apenas una masa de carne morada y sangrienta. Pero lo que verdaderamente heló la sangre de ambos fue la figura de Hyunjin, arrodillado en el suelo, temblando violentamente, sus manos manchadas de rojo y la mirada perdida.

Los hombros de Hyunjin se sacudían por un llanto incontrolable, tampoco traía su chaqueta. Su cabello alborotado pegado a la frente empapada en sudor. Sus ojos, desorbitados y llenos de una angustia que parecía devorar su alma, se alzaron hacia ellos, pero era como si no pudiera verlos realmente, como si sus sentidos estuvieran atrapados en un abismo de dolor y desesperación.

-Hyunjin... -La voz de Minho salió del shock, sofocada por la escena de horror. Dio un paso hacia él, el corazón martilleándole en el pecho, sintiendo cómo el peso del momento lo aplastaba. Pero Hyunjin se echó hacia atrás, presionando la espalda contra la pared, sus labios temblando mientras balbuceaba palabras que ninguno no lograba comprender.

-Yo... lo ataqué... no podía dejar que... -Su voz se quebró en un grito ahogado, un gemido tan profundo que resonó en cada rincón del baño y pareció partir algo dentro de los dos. La confusión nublaba su mente, pero la desesperación en los ojos de su amigo era un grito de ayuda. Hwang mentiría si dijera que no le dobló todos los dedos de las manos a ese Alfa mientras seguía inconsciente, no podía dejar que esas extremidades qué lo tocaron estuvieran intactas.

Seungmin miró rápidamente al alfa en el bater y de nuevo a Hyunjin. Sus nudillos estaban hinchados, la piel rota y cubierta de sangre fresca. No entendía lo que había pasado, pero la escena le dejó claro que esto había sido mucho más que una pelea normal.

-Hyunjin, ¿qué... qué hiciste? -preguntó Seungmin, sintiendo cómo la pregunta se ahogaba en su garganta, cargada de un miedo que lo paralizaba. Hyunjin en el pasado se había metido en peleas colegiales o a inicios del año pasado, pero eran por estupideces y ninguna involucraba sangre y gente llorando, esto era totalmente nuevo.

Hyunjin se cubrió el rostro con las manos, dejando rastros rojos en sus mejillas mientras las lágrimas seguían cayendo. Y entonces, en medio del silencio absoluto, susurró un nombre.

-Felix... -El nombre salió tan bajo, tan perdido, que ninguno lo entendió al principio. Felix. Esa palabra se coló en el aire, pesada, como si todo lo que estaba sucediendo estuviera relacionado con ella.

Convivencia peligrosa | HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora