Convivencia peligrosa | Hyunlix

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La parte más divertida de las actividades extracurriculares era crear nuevas conexiones o pasar tiempo con tu grupo de amigos, aunque para alguien recién integrado a la institución y sin haber conocido a sus compañeros de clase todavía podía ser algo difícil.

El pecoso se arrepentía de haber ido porque ni recibiría clases ese día, pero al menos pudo solucionar lo de su casillero mientras no había nadie.
Mientras se encontraba caminando por los pasillos para conocer un poco más la Universidad, se topó con un chico que a decir verdad se notaba bastante enérgico y alegre, traía unos folletos sobre las actividades a realizar. Este se dirigia hacia los baños pero vio al rubio algo perdido analizando las puertas de los salones, casilleros y más, decidido a sacar a relucir su curiosidad y amabilidad, se acercó.

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Mientras sus dedos recorrían la textura de las paredes y sus ojos se detenían en cada detalle de las aulas, un chico enérgico y lleno de vida lo sacó de sus pensamientos.

-¡Hey! -dijo el chico, con una sonrisa brillante y los ojos llenos de entusiasmo-. Te ves un poco perdido Soy Chan, ¿te puedo ayudar con algo?

Felix se giró hacia él, un tanto sorprendido por la amabilidad repentina, pero al mismo tiempo agradecido de ver a alguien que parecía estar genuinamente interesado en hablar con él. Chan sostenía unos folletos en la mano, evidentemente ocupado con las actividades del día, pero su atención estaba completamente en Felix.

-Ah, sí, un poco -respondió Felix, encogiéndose de hombros-. Soy nuevo por aquí y, bueno, pensé que podía aprovechar para conocer un poco el lugar y solucionar unos asuntos.

Chan asintió, con una expresión cálida. -Lo imaginé. No todo el mundo analiza de esa forma las instalaciones a este punto del año. Si quieres, puedo mostrarte algunas cosas. Estoy en el equipo de organización de las actividades de estos días, así conozco a casi todos, pero tambien ya estoy libre.

Felix sonrió levemente. La actitud despreocupada de Chan lo hizo sentir más cómodo, como si no tuviera que preocuparse tanto por encajar. El rubio se sentía agradecido por haber encontrado a alguien tan abierto, justo cuando más lo necesitaba.

-Gracias, eso suena bien -dijo, aceptando la oferta.

-¡Genial! -exclamó Chan, pasándole uno de los folletos-. Tengo un grupo de amigos que seguro te van a caer bien. Si te parece, podemos encontrarnos con ellos después de que te muestre un poco del campus.

Felix asintió, contento con la idea de conocer a más personas. Mientras caminaban por los pasillos, Chan le hablaba con entusiasmo sobre las diferentes actividades, los eventos que estaban organizando y algunos de los profesores que Felix debería conocer. La energía de Chan era contagiosa, y pronto Felix sintió que toda inseguridad empezaba a desaparecer.

Tras un rato, llegaron a una sala común donde algunos estudiantes estaban conversando y descansando después de las actividades del día. Allí, sentados en un sofá, estaban dos chicos, cada uno con una vibra única. Chan se acercó a ellos con una sonrisa.

-Chicos, les presento a Felix, es nuevo por aquí -dijo, presentándolo con una amplia sonrisa.

El primero en alzar la mano fue un chico pequeño de cabellos oscuros y mirada traviesa, claramente el bromista del grupo.

-Soy Han, siempre es lindo adoptar a un gato perdido -dijo con una sonrisa divertida.
Felix rió ligeramente ante la broma de Han.
Por su aroma Felix supo identificar rápidamente que también era omega.

El siguiente en hablar fue un chico con una expresión más tranquila, pero con un aire de seguridad en sus palabras. Llevaba unos auriculares colgando alrededor de su cuello.