Convivencia peligrosa | Hyunlix

11

Hyunjin estaba sentado en una mesa cerca de la ventana en una cafetería tranquila, estaba haciendo unos cuantos dibujos a grafito en una pequeña libreta amarilla. La luz suave de la tarde entraba en el lugar, dándole un toque acogedor al espacio. Mientras removía el café distraídamente, escuchó una risa conocida detrás de él. Al girar la cabeza, sus ojos se encontraron con los de una chica, una cara familiar de su pasado.

-¿Hyunjin? ¿En serio? -dijo ella, sorprendida y sonriente-. No puedo creer que seas tú.

Hyunjin sonrió de vuelta, sin poder evitar el destello de nostalgia que la visión le provocaba.

-Wonyoung, ¡vaya sorpresa! -respondió, señalando la silla frente a él-. ¿Cómo has estado? Parece que esta ciudad no ha logrado separarnos del todo.

Ella se sentó, cruzando las piernas con una elegancia despreocupada. Había algo en su mirada, en esa manera sutil en la que sus labios se curvaban, que hacía que Hyunjin recordara los días despreocupados en los que habían compartido más que palabras.

-Te ves bien, Hyunjin. Aunque me sorprende verte en un lugar tan tranquilo como este. ¿Qué pasó con el chico de las fiestas? -preguntó, dándole un toque juguetón a su tono.
-Cuando escapabamos de clases y nos daba igual la hora de llegada.

Hyunjin soltó una risa y alzó las manos, como si se rindiera.

-Vamos, ¿tan mal concepto tienes de mí? Puedo ser civilizado de vez en cuando -bromeó-. Además, uno necesita un respiro de vez en cuando. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

Wonyoung levantó una ceja, visiblemente divertida.

-Ah, pues ya sabes... cosas de la vida adulta. Trabajo, responsabilidades... Aunque todavía salgo de vez en cuando -respondió con un tono casi conspirador-. Aunque creo que mi vida social ya no es tan agitada como la tuya.

Hyunjin la miró con esa sonrisa pícara que parecía no haber perdido nunca.

-Vamos, Wonyoung, que no te creo ni un segundo. ¿De verdad me estás diciendo que ya te has calmado? -la retó, inclinándose un poco hacia ella.

Ella sonrió, desviando la mirada, pero había algo en su expresión que no había perdido esa chispa coqueta. Después de una pausa, lo miró de nuevo.

-Digamos que... ciertas cosas han cambiado, Hyunjin. Aunque otras no tanto -respondió con una mirada enigmática-. La verdad es que ahora estoy más centrada en mi vida, en mis metas.

-Hablas como si fueras una señora y no una estudiante.-Hyunjin la miró con interés genuino, tratando de descifrar el mensaje detrás de sus palabras-. ¿Eso quiere decir que alguien por fin logró... domesticarte? Marcarte?..

Wonyoung dejó escapar una risa suave, negando con la cabeza.

-Eso sería imposible, ¿no crees? -le dijo, aunque sus ojos brillaban con un dejo de misterio.

Hyunjin la observó un momento en silencio. Ella siempre había sido así, un enigma constante, alguien que siempre tenía algo que no decía abiertamente.

-Entonces, ¿sigues soltera? -preguntó finalmente, aunque trató de sonar casual.

Wonyoung se mordió el labio, como si estuviera debatiéndose entre contarle o no. Finalmente, con una media sonrisa, le confesó:

-Bueno, he conocido a alguien... Pero eso no significa que haya dejado de divertirme, ¿sabes? -le dijo, con ese tono juguetón y ligeramente coqueto que recordaba bien.

Hyunjin levantó una ceja, genuinamente sorprendido.

-¿En serio? ¿Tú, en una relación seria? No te lo creería si no me lo dijeras tú misma -comentó, divertido-. ¿Y qué tal es? ¿Cumple tus expectativas?