《30》La paz vuelve a la Tierra

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A la mañana siguiente, Rei salió de su habitación y se encontró con toda la familia reunida en la sala. Al instante, se enteró de que Pan estuvo a punto de morir anoche debido a una sombra maligna que se había apoderado de su interior. Este terrible acontecimiento la hizo recordar un momento oscuro en su propia vida, cuando una sombra de terror se apoderó de ella y no la quería soltar hasta que, finalmente, logró liberarse. Con dolor en su corazón, comenzó a relatar a Goku y a los demás lo que había vivido, enfatizando lo horrible que fue esa experiencia.

Goku la miró, frunciendo el ceño, la sorpresa reflejada en su rostro. — ¿Qué? ¿Y por qué no me habías dicho nada? —preguntó, con una mezcla de confusión y preocupación.

— Lo siento, de verdad —respondió Rei, sintiéndose arrepentida—. Por un momento no lo vi necesario, pero ahora me doy cuenta de que fue un error no haberte contado antes. Quizás si lo hubiera hecho, parte de la tragedia se hubiera evitado.

— Tuviste suerte de salir con vida, Rei —comentó Pan, mirándola con asombro—. Fuiste muy valiente.

— Debiste haberme contado —agregó Goku, sintiéndose mal por no haber estado a su lado en ese momento tan oscuro. Rei bajó la mirada en silencio, sin saber qué decir.

— Abuelito, no te molestes con Rei. Si ella no te lo dijo fue porque tal vez no quería preocuparte, ¿verdad, Rei? —dijo Pan, a lo que Rei solo pudo hacer un leve gesto de asentimiento.

— ¿Qué piensas hacer ahora, papá? ¿Buscamos a Riuz? —le preguntó Gohan, rompiendo la tensión en el ambiente.

— Sí, ese imbécil me tiene que pagar unas cuantas —respondió Goku, con una rabia contenida mientras empuñaba su mano fuertemente, dejando a los presentes atónitos ante su determinación.

Goku y Gohan salieron a reunirse con los demás en su búsqueda de Riuz, decididos a poner fin a esta pesadilla de una vez por todas. Goten se quedó en casa, cargando con la responsabilidad de cuidar de las mujeres. Videl, tras dejar a todos un momento, se dirigió a la cocina para preparar un poco de café. Mientras tanto, Rei, buscando algo que lo entretuviera, decidió tomar un libro que yacía sobre una repisa, mientras Goten ocasionalmente salía a caminar por el jardín.Sin embargo, en un giro inesperado, cuando Goten estaba de espaldas, un ataque veloz surgió de las sombras y lo golpeó con fuerza en la nuca, dejándolo inconsciente.

Pan, Que sintió una mala vibra que emanaba del exterior, se levantó de inmediato del sofá.

— ¿Estás bien, Pan? — preguntó Rei, con preocupación.

— Ya regreso — respondió, apresurándose a salir. Un ambiente pesado la envolvía mientras buscaba a su tío por todo el jardín. Cuando finalmente lo encontró tirado en el suelo, su corazón se llenó de angustia. Corrió hacia Goten y lo movió suavemente, repitiendo con ansiedad— Tío Goten, despierta. ¿Qué fue lo que le pasó?

De repente, una voz surgió de la nada, causando que un escalofrío recorriera todo su cuerpo.— Pan.

Poco a poco, hirió la confusión y la tristeza. Se incorporó lentamente, reconociendo aquella voz que la dejó helada. Detrás de ella estaba un joven rubio de ojos azules, mirándola con una sonrisa llena de malicia. En un instante, como si el tiempo estuviera en cámara lenta, se dio la vuelta y, al cruzar su mirada con la de aquel desconocido, sus ojos se abrieron de par en par, desbordando incredulidad. Era Boruto. Con una sonrisa maliciosa, dio un paso al frente, sin dejar de mirarla fijamente a los ojos.

— Hola... ¿Te acuerdas de mí? —

Tanto sus labios como sus manos comenzaron a temblar levemente mientras con un hilo de voz, murmuró— No puede ser... ¿Eres tú, Boruto?

Nunca Te Dejaré +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora